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¿Es ético gastarse cien millones de euros en un futbolista en estos momentos de crisis?

Publicado el 01 septiembre 2013 por Aposilio @aposilio

El fuerte desembolso que el Real Madrid ha hecho en el fichaje del Gareth Bale está recibiendo fuertes críticas por lo elevado del precio, pero el club blanco es una entidad privada que elige sus inversiones


¿Es ético gastarse cien millones de euros en un futbolista en estos momentos de crisis?

Fuente: diariodemexicousa.com

"Los números me parecen casi una falta de respeto para el mundo en general". Esta clara crítica del entrenador del Barcelona, Tata Martino, al fuerte desembolso que el Real Madrid va a realizar por la contratación de Gareth Bale resume a la perfección la filosofía de los argumentos contrarios a un gasto tan enorme en la firma de un simple jugador de fútbol con cualquier club del mundo. Son muchas las personas, de este sector y de fuera, que consideran un dispendio inaceptable dedicar alrededor de cien millones de euros a que un deportista pegue patadas a una pelota en defensa de una determinada camiseta en lugar de hacerlo por otra. La riada de críticas, la mayoría procedentes de lejos de la capital, ha desplegado toda una batería de argumentos contrarios a la ética de que el Real Madrid afronte un gasto tan desorbitado en este complicadísimo momento para España, país sumido en una profunda crisis económica, con seis millones de ciudadanos en el paro y con miles de pequeñas y medinas empresas obligadas a cerrar el negocio por la falta de crédito bancario, entre otras razones. Como si este supuesto derroche tuviera menos razón de ser en una situación de pobreza como la actual en vez de hace unos años, cuando parecía que el dinero manaba de las piedras. 
El fichaje de Gareth Bale por el Real Madrid obedece exclusivamente al empecinamiento de su presidente, Florentino Pérez, en que el mundo entero le siga considerando como el dirigente deportivo con más capacidad para contratar a los mejores futbolistas del orbe. La legión de grandes estrellas que han ido firmando con la entidad madrileña en las dos ocasiones en las que la ha dirigido es inigualable, comenzando por Figo y siguiendo con Beckham, Ronaldo, Zidane, Cristiano y Kaká... Pero en esta ocasión, el empeño se ha acentuado debido a que otro de los cracs que había nacido para vestir la camiseta blanca, como le gusta afirmar al mandamás blanco, el brasileño Neymar, lo hizo finalmente por el Barcelona, gracias al buen hacer de su presidente, Sandro Rosell, profesional con arraigo en negocios en el país sudamericano. Esta decepción ha creado tal frustración en Pérez, que tenía que resarcirse a cualquier precio. Y esa obsesión es la que le ha llevado a pagar lo que fuera por el único fichaje que hoy en día puede hacerle algo de sombra al delantero brasileiro. Incluso el dirigente blanco ha hecho caso omiso a los informes internos que le recomendaban no hacer dicho fichaje por la desorbitada cantidad que exige el Tottenham, circunstancia que puede producir tensiones en el vestuario. Y lo exagerado de la cantidad gastada es tanto si el club español tiene que pagar 91 millones de euros, como informa la casa blanca, como si tiene que abonar 101 millones, como indican desde el club de la Premier .

¿Es ético gastarse cien millones de euros en un futbolista en estos momentos de crisis?

Fuente: laprensa.hn

Los más interesados en conocer la cantidad exacta deben ser Cristiano Ronaldo y su agentes, pues el actual ídolo madridista puede ver como una afrenta a su ego dejar de ser el fichaje más caro de la historia del fútbol mundial (94 millones), lo que dificultaría su parece que acordada renovación por la entidad madrileña. Aunque Florentino Pérez está dispuesto a solucionarlo convirtiendo al goleador delantero en el jugador mejor pagado del mundo, con un contrato de 17 millones netos por temporada. Muy por encima de lo que percibirá Bale, quien, según algunas informaciones, ingresará siete millones netos por campaña, aunque otras lo sitúan en diez millones. Unas cifras increíbles en estos momentos de angustia económica para el resto de clubes españoles, que sudan la gota gorda para cuadrar sus presupuestos e impedir que sus deudas sigan creciendo hasta que les ahoguen, y que se ven obligados a vender a sus principales baluartes a los postores extranjeros para equilibrar los balances. 
Pero la posible existencia de remordimientos éticos a este inmenso gasto tiene que desvanecerse al entender que el Real Madrid es un club deportivo privado que pertenece a sus socios, que eligen democráticamente a su presidente, quien está legitimado para determinar sus inversiones como cree conveniente. Nadie critica a El Corte Inglés por pagarle contratos millonarios a las famosas o famosos que protagonizan sus campañas publicitarias, ni a Repsol por invertir millones en buscar nuevo yacimientos de petroleo para seguir con su negocio en alza, ni a Reanult, Peugot o Citróen por dedicar una millonada a cadenas más modernas para producir más coches por minuto. Es más, se aplaude a todas estas compañías porque sus grandes inversiones suelen producir puestos de trabajo. Y así es como ve el presidente blanco el gasto en Bale, como una gran inversión que le permitirá un mayor éxito deportivo, que es el primordial objetivo del club,   e incluso, una beneficiosa manera de incrementar los ingresos de la entidad. Hay que tener presente que el Real Madrid amortizó antes de lo previsto los 94 millones que abonó por Cristiano Ronaldo gracias a los millonarios contratos que el delantero portugués ha firmado con diversas empresas comerciales, y de los que el club blanco recibe el 40%. Este mismo porcentaje es el que percibirá el Madrid por los acuerdos comerciales que firme el galés desde que se vista la zamarra blanca. Hay que reconocerle a Florentino que fue le primero que diseñó esta vía de ingresos para los clubes.

¿Es ético gastarse cien millones de euros en un futbolista en estos momentos de crisis?

Fuente: libertad digital.com

Se puede afirmar que el lateral-mediocampista-extremo británico no ofrece en estos momentos el tirón publicitario que tiene su ya compañero Ronaldo. Pero es cierto que el internacional galés ha incrementado su popularidad como la espuma en los países de habla inglesa gracias a que ha sido nombrado mejor jugador de la Premier en la pasada campaña. Y su matrimonio con el nombrado Mejor Club del Mundo del Siglo XXI le proporcionará, sin duda, un incremento de su cotización comercial, por lo que el Madrid ingresará más. Defienden en la casa blanca que la política de fichar a los mejores jugadores del planeta resulta más que rentable. Y siempre cuentan un ejemplo. A la vez que el Madrid estaba fichando a Beckham, negociaba con Audi un acuerdo de patrocinio que incluía que sus jugadores recibieran un vehículo de lujo de la compañía alemana. Cuando estaban a punto de cerrar el acuerdo, entró un empleado del club para anunciar el fichaje del Sir inglés. La alegría de los directivos de Audi fue tal que aceptaron sin rechistar un importante incremento en la cantidad que tenían que abonar al club al saber que el popular jugador inglés conduciría uno de sus vehículos de lujo.
En todo caso, serán los socios del Real Madrid quienes tendrán que juzgar si una inversión de ese nivel es rentable para el club. Todo dependerá de la cantidad de Ligas, Champions y Copas del Rey que sean capaces de ganar en adelante. Si son muchas, habrá merecido la pena. Si son pocas, sera un nefasto negocio, aunque económicamente no signifique la ruina del club blanco. Porque este aspecto es el que está salvando a Pérez de las críticas de sus socios por los escasos éxitos deportivos durante su mandato. El madridismo es consciente de que el presidente de ACS ha convertido a la entidad en el club deportivo más valioso del mundo, según publicó hace unas semanas la revista Forbes. Su gestión ha llevado a que el club ingrese más de 500 millones de euros al año, y puede afrontar la inversión de cien millones de euros porque todos los bancos del mundo están dispuestos a darle crédito, porque paga las letras sin rechistar. El Madrid no debe ni a Hacienda ni a la Seguridad Social, y sus acreedores son los bancos, con los que salda deudas cuando cumple el plazo. Es más, el fisco español está encantado con el pago de estos emolumentos, puesto que cada año va a ingresar algo más de la cantidad que abona al jugador. Por eso no se puede considerar el fichaje de Gareth Bale como un dispendio ni como una falta de respeto.Y menos cuando el propio club al que pertenece el maestro de ética ha llevado a cabo una inversión parecida en el fichaje de la estrella mundial del momento, aunque para hacerla más humana ha disimulado los números dándole parte de los millones al padre de la criatura.         

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