Curiosidades de la serie Gambito de Dama
La serie Gambito de dama emitida por Netflix se ha convertido en una de las grandes sorpresas de 2020. La principal curiosidad radica en el por qué Netflix no ha optado por publicitar más una auténtica joya catódica como esta.
Las acciones de comunicación siempre han sido un misterio en la plataforma -al igual que su empecinamiento en no publicar datos oficiales sobre sus audiencias-. Últimamente, se ha hecho evidente que es una plataforma que apuesta más por la cantidad que por la calidad. No solo falla en la producción de nuevas series que finalmente resultan ser un fracaso estrepitoso, sino también en las series que elige para promocionar: algunas producciones mediocres las anuncia a bombo y platillo, otras, en cambio, pasan desapercibidas.
En realidad, gran parte de las series producidas por Netflix han funcionado mejor por el boca-oreja de la audiencia que por su desgana -casi desidia- a la hora de mimar a algunos de sus propios productos.
Gambito de dama es un claro ejemplo: con el paso de las semanas el algoritmo es el que parece que se ha percatado de las cosas que realmente funcionan y, ahora sí, la ha colocado en lo más alto del listado de sugerencias.
¿Es Gambito de dama una historia real?
A parte de la controversia de la publicidad de Netflix, la gran pregunta es si la historia de Gambito de dama está basada en una historia real. La respuesta es NO. Pero, un no con matices.
La serie está basada en la novela homónima de Walter Tevis. Él mismo ha asegurado en varias entrevistas que el magnífico personaje de Beth Harmon no está basado en ninguna ajedrecista. Lo cual parece lógico porque una historia tan interesante habría trascendido y hubiera tenido un mayor calado.
Sí es cierto que por algunas declaraciones del autor extraemos que el personaje de Beth está inspirado en la vida y personalidad de varios maestros del mundo del ajedrez. Entre todos ellos, podría destacar el gran Bobby Fischer, sobre el cual se han escrito muchas historias y anécdotas.
Fischer siempre ha estado envuelto por un cierto aire de misticismo y leyenda. Muchos de sus contemporáneos afirman que tenía un carácter complicado e inestable. Incluso algunos apuestan a que su genio y su personalidad respondían a patrones claros de bipolaridad y algún que otro trastorno mental. Algo que en la serie se deja entrever también con la ajedrecista Beth Harmon, aunque la serie no llega a dejar una respuesta clara, tendrá que ser el espectador el que saque sus propias conclusiones.
Fischer también puso en jaque, nunca mejor dicho, a los grandes maestros rusos. Siendo el único norteamericano que les ganó un torneo en 20 años de competición.
Del maestro Anatoli Kárpov también se han extraído algunos rasgos de personalidad, ya que era un personaje un tanto histriónico al igual que nuestra protagonista.
De hecho, muchos expertos en ajedrez están alabando el gran trabajo de investigación que se ha hecho, ya que los movimientos, estrategias y poses de los jugadores recuerdan, y mucho, al de los grandes ajedrecistas de la historia.
Las píldoras de la locura
Mucha gente también se ha preguntado si las famosas píldoras que toma Beth son reales. En principio, no hay nada que haga pensar que en los reformatorios de Estados Unidos se suministraban ese tipo de medicamentos.
Lo que es cierto es que el autor de la novela sí tuvo serios problemas durante su niñez con algunos fármacos, con su familia y, especialmente, con el alcohol y las drogas.
El propio autor reconocía que escribir el personaje de Beth Harmon le supuso un enfrentamiento con sus temores más tormentosos, ya que tuvo que recurrir a pasajes de su vida que todavía no habían terminado de cicatrizar.
¿Qué hay detrás de los tajes de Beth Harmon?
El diseño de vestuario también ha sido uno de los temas más controvertidos de la serie. A nadie se le ha pasado por alto escrutar los atuendos que la inconmensurable actriz Anya Taylor-Joy lucía a lo largo de los distintos episodios.
En general, la diseñadora de vestuario responsable de la serie ( Gabriele Binder) ha comentado que quiso enfatizar los diferentes estados de ánimo por los que pasa el personaje, luciendo con acierto algunas prendas que también conectaban con las tendencias de moda del momento: Jean Seberg y Edie Sedgwick, dos modistas que también rompieron moldes en un mundo hasta entonces controlado por hombres.
Por supuesto, los vestidos ajedrezados que luce la prota ayudaban a que el espectador se metiera aún más en la mente de Beth, la cual posiblemente encontraba belleza en esas prendas de ropa que reflejaban su pasión por el ajedrez y su manera (algebraica) de entender el mundo.
En cuanto al personaje de Benny Watts (con su sombrero y su machete al cinto), se eligieron atuendos que recordaban a Andy Warhol y a todo el movimiento artístico de esos años. Tanto Benny como Beth son dos outsiders con personalidad, los cuales sienten una necesidad profunda de desmarcarse del resto. Ellos no son los típicos ajedrecistas que todos tenemos en mente: empollones, con gafas y un outfit clasicón.
Beth ha estado gran parte de su vida luciendo el uniforme del orfanato en el que creció, por lo que nunca había tenido la oportunidad de destacar del resto o de, más bien, sentirse realizada con su propio estilo, simplemente era una más, un número.
Según una entrevista a la diseñadora de la serie publicada en Vogue, hemos sabido dos detalles jugosos.
Primero: en la última partida que vemos en la serie, Beth luce un vestido muy parecido a uno que llevaba de niña, un vestido que su madre le había confeccionado. Es una bonita forma de plasmar que Beth se siente realizada, se siente cómoda con su nuevo lugar en el mundo, como en casa.
Por otro lado, en la última escena de la serie, Beth luce un abrigo confeccionado en un riguroso color blanco: claro simbolismo a que ella es ahora la reina blanca (dama en ajedrez) del tablero mundial.
¿Por qué el pelo rojo?
En la misma publicación de Vogue, el estilista de la serie, Daniel Parker (el cual también ha trabajado en series como Chernobyl), cuenta que se decidieron por un marcado color rojo para el pelo, con el fin de potenciar esa idea de que Beth siente una necesidad imperiosa de reafirmarse y destacar.
De hecho, en la novela Beth es castaña. Pero el creador de la serie y la propia actriz tuvieron claro desde el principio que Beth debería lucir un color rojo (o besado por el fuego como dirían en Poniente).
Descubriendo a la actriz Anya Taylor-Joy
Sobre la actriz me quedo sin palabras. Es una de las intérpretes con mayor magnetismo y talento que hemos visto en pantalla en los últimos años.
Muchos recordaréis a Anya Taylor-Joy por su aparición en la película La bruja (disponible en Netflix): una cinta de terror ambientado en la época colonial que recomiendo a todo el mundo que vea.
Esta aparición en La bruja no es casual ya que su director, Robert Eggers ( La bruja, El faro), es un gran amigo de la actriz. De hecho, hace pocos días la propia actriz ha anunciado que ya trabaja en una nueva película de terror junto al director, en lo que parece que será una producción que romperá todos los convencionalismos del género.
Por su parte, Anya Taylor-Joy es una actriz estadounidense de 24 años que comenzó su carrera como modelo y que tiene ascendencia argentina y británica.
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