Que Google cambie su famoso algoritmo no es noticia, pero las consecuencias que ese cambio tenga en nuestras vidas, sí lo es. Lo que nos lleva a preguntarnos si realmente somos conscientes de que las empresas controlan todo nuestro mundo.
En un principio, eran la Iglesia o la monarquía los órganos encargados de controlar al pueblo y decirles lo que tenían que hacer, pensar o sentir. Luego llegaron los políticos y el mundo se dividió en izquierda y derecha. Sin embargo, el nacimiento del Periodismo, el cuarto poder, creó en la población la ilusión del cambio. Ya no dependían de lo que decían unos y otros, sino que tenían acceso a la verdad, derecho a estar informados y opciones. Unas opciones que les proporcionaban libertad de elección, de decisión o incluso de voto. Pero esta ilusión acabó en el momento en el que el capital ajeno a la comunicación convirtió a los medios en empresas, en las que los intereses económicos dejaron de lado a los sociales.
Y entonces, llegó Internet.Una ventana de posibilidades se abrió antes nuestros ojos. Poco a poco dejamos de consumir prensa, radio o incluso televisión. Internet nos daba todo lo que necesitábamos y además era un medio libre desde el que teníamos acceso a cualquier contenido y nosotros elegíamos lo que queríamos consumir, cuándo y dónde. Pero como en toda la historia de la humanidad, en el momento en el que somos libres, viene alguien a privarnos de esa libertad. Ni la Iglesia, ni la monarquía, ni los políticos… Ahora es Google quién maneja los hilos. El nuevo algoritmo de Google se basa en la llamada “búsqueda social”, algo en lo que la empresa ya estaba trabajando y que con la llegada de Google+ se ha convertido en una realidad. Pero, ¿en qué consiste? Pues básicamente se trata de que Google va a filtrar el contenido que aparece cuando hacemos una búsqueda en función de nuestro comportamiento social, es decir, de a quién tenemos en nuestros círculos de Google+, qué blogs seguimos en Google Reader, a quiénes tenemos en GoogleTalk, etc. Pero sobre todo, se da prioridad a los contenidos compartidos y generados por los miembros de los círculos de Google+.
El rey de Internet defiende este sistema afirmando que es una forma de proporcionar al usuario búsquedas más cercanas y que ayudan a encontrar lo que realmente le interesa. No obstante, también puede entenderse como una nueva forma de controlar la información. ¿Quién nos garantiza que lo que aparece en primer lugar en una búsqueda es realmente lo más relevante? ¿Cómo podemos saber que no es lo que a Google le interesa que aparezca? No somos tontos. Sabemos que el SEM existe y que Google vive de eso, pero este nuevo algoritmo nos aleja de la realidad. No accedemos a toda la información posible, sino a la que Google filtra, a la que cree que nos puede interesar, poniendo por delante por supuesto aquella que les beneficia a ellos. Cuando hago una búsqueda en Google de lo que sea, lo primero que aparece son enlaces en los que algunos de mis contactos en Google+ ha hecho +1, ¿es eso objetividad? Está claro que en la web 2.0 antes de comprar o de consumir algún producto lo que buscamos es la opinión de los demás, y si es la de nuestros amigos, mucho mejor, pero tienen que darnos la opción de elegir, si todo lo que aparece es lo que le gusta a nuestros amigos, ¿dónde queda lo que nos gusta a nosotros? Pero lo más importante es que esta situación se traduce en que si no estás en Google+ no apareces en las búsquedas. Hasta el momento, Google+ ha tenido un crecimiento espectacular, más de 90 millones de usuarios en tiempo récord. Lo que Google no dice con la cabeza tan alta es que prácticamente te obligan a crearte un perfil en la red social cuando abres una cuenta en Gmail y, si ya la tienes, te obligan a unificar todos los productos de Google en su nueva red social, controlando así todos los aspectos de nuestra vida online. ¿Es o no es Google el cuarto poder? ¿No será esta “búsqueda social” una excusa para hacerle la competencia a Facebook? ¿No será una estrategia para que los internautas abandonen la red de redes y se pasen a Google+? El tiempo lo dirá. De momento sólo os puedo decir que tengáis cuidado con lo que buscáis porque amigos, Google, tiene licencia para controlar. “Siento que soy libre, pero sé que no lo soy.” Émile Cioran