Según un estudio realizado en las 35 naciones más ricas del mundo, el Reino Unido ocupa la tercera posición en la tasa de muerte fetal, con un número estimado de 3.300 muertes anuales, pero 1.000 de ellas son de bebés que han llegado a término y mueren durante el parto. Varias asociaciones denuncian que los bebés están muriendo de forma innecesaria durante el parto debido a que no se investigan correctamente las causas que han provocado el fatal desenlace.
En la actualidad los hospitales del Reino Unido llevan a cabo sus propias investigaciones sobre bebés nacidos muertos o si se trata de bebés que han muerto al poco de nacer, algunos padres creen que se mueren muchos más bebés después del nacimiento de lo que aseguran los hospitales, y que esta alteración de los datos es para evitar posibles investigaciones. Padres, responsables políticos y expertos en legislación consideran que es necesario que cada caso de muerte de un bebé a término durante el trabajo de parto, sea trasladado a un médico forense para que sea el que determine la causa de la muerte, además, se apunta que es necesaria una ley de transparencia sobre la muerte de neonatos en el Reino Unido.
Este debate se reabre a raíz de la imagen de un bebé nacido muerto que fue compartida por su madre en las redes sociales, esta madre declaraba que no entendía que su hija hubiera nacido muerta, que no tenía sentido que un bebé estuviera vivo momentos antes de nacer y al cabo de un minuto muriera, durante el trabajo de parto, en teoría se trata de un nacido muerto y por tanto no se lleva a cabo una investigación externa. Esto puede ser un limbo legislativo que ocultaría los errores médicos y los números reales sobre la muerte de bebés por distintas causas. La madre ha luchado para conseguir que se lleve a cabo una investigación sobre la muerte de su bebé, parece ser que los informes médicos detectaron un débil latido del corazón del bebé después del nacimiento, sin embargo, el caso se clasificó como nacido muerto.
Gracias al empeño de esta madre, el caso se presentó en el juzgado y tras las pesquisas oportunas y el informe de un forense, se determinó que el bebé había nacido vivo. No tiene sentido que en estos casos un hospital lleve a cabo la investigación, es como si se investigarán a sí mismos y por tanto podrían cambiar los resultados para que les fueran favorables. Que un hospital ostente un récord de mortalidad de bebés tras el nacimiento no es nada bueno.
Parece que hay muchos casos que delatan la necesidad de aplicar cambios legislativos y que no sean los hospitales los que lleven a cabo las investigaciones, en algunos casos de bebés supuestamente nacidos muertos, se han encontrado varios errores en los procedimientos médicos durante el parto, y sin embargo, no se ha comunicado la causa de la muerte y mucho menos han admitido que los procedimientos hubieran tenido algo que ver. Por ello se ha puesto en marcha una campaña que solicita incrementar la seguridad en los nacimientos y que en el caso de los bebés nacidos muertos, sea un médico forense el que se encargue de realizar el informe determinando la causa de la muerte.
Algunos médicos forenses han llevado a cabo investigaciones sobre este tema y consideran prioritario que los mortinatos sean objeto de una investigación independiente llevada a cabo por un juez de instrucción o un médico forense, como decíamos, no tiene sentido que sea el hospital el que realice las pesquisas. Lamentablemente y según leemos aquí, en la legislación del Reino Unido los médicos forenses no pueden por ley investigar los casos en los que un niño no ha vivido de manera independiente de su madre, es decir, nacido muerto, ¿pero quién puede asegurar que no ha nacido muerto por errores médicos? Quizá se termine modificando la legislación, ya que queda evidente que existe un vacío legal que la dirección de los hospitales puede utilizar para modificar los datos a conveniencia.
Foto | A4gpa
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Es necesaria una ley de transparencia sobre la muerte de neonatos en el Reino Unido