En la película de
James Cameron, los científicos se sorprenden al descubrir como toda la
vegetación de Pandora está interconectada por sus raíces, mediante reacciones
electroquímicas semejantes a las de las neuronas. No menos fascinante y
evocador es conocer el mundo de las micorrizas.
Las micorrizas son
hongos que forman una asociación simbiótica con las raíces de las plantas.
Entre ellas, las denominadas micorrizas arbusculares, son las mayoritarias.
Como tal tipo de asociación, ambos miembros obtienen beneficios; la
planta mejora su nutrición, al aportarle el hongo nutrientes minerales
(principalmente fósforo y nitrógeno) y agua y el hongo consigue compuestos
carbonatados suministrados por la planta.
Pero esto es sólo una visión simplista.
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:485px-Arbuscular_mycorrhiza_cross-section-es.jpg
Esta unión es muy
antigua, tanto como las plantas terrestres. Las evidencias fósiles y los
estudios moleculares demuestran que las primeras briofitas (plantas terrestres
sin tejidos vasculares, ni verdaderas raíces) , que aparecieron a principios
del Devónico, hace 400 millones de años, poseían asociaciones semejantes a las
micorrizas arbusculares. Las primeras
plantas con raíces se sitúan en el Devónico medio, hace 385 millones de años, y
en ellas también existen evidencias de
la simbiosis. Una posible hipótesis es que las raíces evolucionaron
gradualmente desde rizomas, para proveer a las micorrizas un hábitat más
favorable.
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Arbuscular_mycorrhiza_microscope.jpg
Es, por otra parte,
una simbiosis universal y ubicua. Del 80% al 90% de las plantas terrestres,
incluyendo especies de cultivo agrícola, son capaces de establecerla. La
promiscuidad es una de sus características.
Los hongos pueden asociarse con diversas plantas, sin importarles la
especie, formando redes subterráneas
gigantescas (son la parte vegetativa del hongo, las hifas, cuyo conjunto forma
el micelio), conocidas como redes de micelio comunes, nada que envidiar a
Pandora. La masa de los hongos micorrícicos en nuestro planeta se estima
entre 1 y 3*10¹º toneladas, lo que supone entre 1.4 y 4
toneladas por persona. En algunos bosques los hongos pueden proveer a las plantas de un 80% de sus
necesidades de nitrógeno y de un 90% de sus necesidades de fósforo. Pero estas
redes no funcionan como meras transportadoras de agua y nutrientes, sino
también como redes de información. Investigaciones realizadas, han demostrado
que las plantas pueden recibir información química que las prepare para
resistir mejor el ataque de plagas o enfermedades a través de ellas.
Además, toda planta
micorrizada puede responder ante un estrés ambiental biótico o abiótico de una
manera más rápida y eficiente, es el fenómeno denominado priming. Este estado
fisiológico de la planta, puede ser inducido por un ataque de patógenos
necróticos, por tratamientos con productos naturales o sintéticos y por la
asociación de las raíces con organismos beneficiosos, como es este el caso. La
planta consigue de esta forma, sin un elevado coste energético, potenciar sus
respuestas defensivas.
Por último, no
querría dejar de hablar de la glomalina. La glomalina es una proteína producida
por los hongos micorrícicos arbusculares. Actúa a modo de coraza de sus hifas,
posiblemente para darles una mayor dureza y protección, lo que les permite
salvar los espacios de aire entre partículas del suelo y defenderse de posibles
daños ambientales y biológicos. La glomalina es liberada al suelo cuando las
hifas dejan de realizar su labor transportadora de nutrientes y así comienza
toda una seríe de sucesos beneficiosos para él. Mejora su estructura, al
facilitar la estabilidad de sus agregados, se ha determinado como uno de los
componenetes mayoritarios de la materia orgánica, con las consiguientes implicaciónes que ello
supone en cuanto a la mejora de su fertilidad, e incluso para la reducción de
gases de efecto invernadero. Aumenta la cantidad de carbono almacenado, este
forma parte de su composición y puede
llegar a representar el 27% del carbono
del suelo. Los elementos tóxicos , como los metales pesados, pueden quedar
secuestrados, disminuyendo así su efecto contaminante ... Es pues un preciado
regalo de los hongos para el suelo.
Pilar
Troncho Fabregat
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