¿Es obligatorio un seguro de vida?

Asegurar el futuro no siempre implica a uno mismo. Las posibilidades de garantizar el bienestar económico y social de los familiares más directos se alcanzan mediante la contratación de un seguro de vida, un tipo de póliza cuya demanda ha crecido en los últimos años. Las ventajas son múltiples, tanto para el asegurado, quien encuentra una garantía ante los riesgos que se acrecientan con el paso de los años; como para los familiares. Evidentemente, no es un servicio obligatorio en lo legislativo, aunque sí que es muy recomendable desde la perspectiva económica y social. 

Porqué contratar un seguro de vida responde a varios beneficios que se alcanzan antes y después del fallecimiento. En el primer caso, el contratante se asegura ante los riesgos, que pueden llegar por varios motivos. Un accidente laboral o una invalidez que impide trabajar supone una reducción considerable del dinero percibido mensualmente. La pensión que abona el Estado en estas situaciones es muy inferior a la que percibía el trabajador. La solución pasa por buscar un ingreso adicional, que se alcanza mediante este producto. El ciudadano que no puede seguir trabajando por motivos de salud obtendrá una compensación económica. 

El seguro de vida también protege económicamente a la familia, una vez se produce el fallecimiento del asegurado. Hay distintas coberturas, si bien la mayoría de franquicias incluyen el abono de los costes del entierro. En España, una despedida digna está cifrada en un precio medio de 6.000 euros. Cuando se produce la muerte de una familiar directo o de un amigo cercano, nadie tiene ganas de sacar la billetera y empezar a contar. Una póliza de este tipo evita estas situaciones tan desagradables, tanto en lo económico como en la gestión, ya que la propia compañía aseguradora se encarga de toda la organización y la gestión administrativa. 

Hipoteca

La hipoteca es la principal carga económica que asume una familia a lo largo de su vida. Pagar una vivienda sin solicitar ayuda al banco está al alcance de pocos, así que una buena parte de los ciudadanos que quieren comprar su casa, deben recurrir a esta opción. El mercado español tiene 4,7 millones de hipotecas, que podrían quedar desprovistas de financiación si se produce una fatalidad. El seguro de vida es la muralla para evitar esta situación que en ocasiones sería dramática. Hay pólizas que incluyen la liquidación del préstamo o una compensación económica de alto valor, en caso de que la persona contratante falleciera. Es una manera de asegurar que nuestros hijos no tendrían que hacer frente al pago. 

Capital libre de impuestos

El contratante de un seguro de vida también tiene la posibilidad de incluir una compensación económica a su pareja o hijos, en caso de fallecimiento. Ellos recibirán un dinero, que se calcula en función de las condiciones de la contratación. Esto supone una ayuda de gran valor, de cara a afrontar la compleja situación que se presenta. Este dinero, además, está libre de impuestos, ya que no tributa ni en el Impuesto de Sucesiones ni en el IRPF. Incluso queda exento de cualquier deuda que el fallecido pudiera tener en la fecha de su muerte.