Revista Libros

Es raro ser niña - Mildre Hernández

Publicado el 09 octubre 2012 por Esperanza Redondo Morales @esperedondo
Es raro ser niña - Mildre HernándezEdición: 2ª ed.
Publicación: Valencia: Legua, 2011
Descripción física: 93 p.; 22 cm.
CDU: 087.5:82
Signatura: N HER es r
Precio: 12,50 euros en la Casa del Libro
NI FU NI FA...
Llegué a este libro bastante de rebote; en un sorteo que organizó Kayena en su blog me tocó la continuación, Una niña estadísticamente feliz; y como una amiga tenía los dos y Es raro ser niña era el primero, me lo prestó para que pudiera leer los dos en su orden correspondiente, que ya sabe que soy bastante maniática con estas cosas. Al final me llevé tanto este como su continuación a mi viaje veraniego por Galicia, porque como los dos eran cortitos y no tenía previsto que fuera a disponer de demasiado tiempo para leer, me pareció buena idea llevarme a los dos de compañeros de viaje. Aunque luego la cosa no resultó como yo esperaba.
Hasta que leí la primera reseña en la blogosfera, Mildre Hernández era una auténtica desconocida para mí. Investigando un poco, y por supuesto también por lo que aparece en los propios libros, me enteré de que nació en 1972 en Cuba, y también de que todas sus obras están dedicadas a los niños y a los adolescentes. Ha ganado varios premios literarios importantes en su país, y en otras ocasiones ha quedado finalista en algunos otros.
Argumento y personajes
En realidad todo el libro gira en torno a las reflexiones de Cuasi Negrín Blanco, la niña protagonista de la historia. La historia, por lo tanto, no tiene un argumento como tal, sino que en ella se nos cuentan en primera persona y día a día los pensamientos de Cuasi, cómo transcurre su vida y sobre todo cuál es su forma de ver la vida en general. Lo bueno de Cuasi es que a pesar de mantener todavía esa inocencia típica de la niñez, es al mismo tiempo una niña muy despierta y se pregunta cosas que el resto de niños ni siquiera se llegan a plantear, principalmente sobre el sentido de la existencia.
Cuasi vive con su madre, Alma Blanco, y también intenta que ella sea feliz en la vida; su padre, del que sólo llegamos a saber que se apellida Negrín, es un poco irresponsable, y para colmo nunca quiso que Cuasi llegara a nacer, porque según él no estaba en realidad preparado para ser padre. Aunque a mí esto concretamente me hizo plantearme cuánta gente de verdad está preparada para serlo, pero creo que eso daría para hablar largo y tendido y aquí no es plan.
A lo largo del relato, iremos descubriendo con Cuasi el sentido de la vida, el misterio de las relaciones humanas, los problemas que encontramos en las relaciones entre personas, y cómo sobre todo las relaciones entre los progenitores tienen su reflejo en la vida de los hijos y en su comportamiento. Pero lo bueno de esto es que Cuasi tiene una forma muy original e imaginativa de irnos contando las cosas, e incluso con sus amigos del colegio decide organizar una especie de asociación que se dedique a conseguir la paz familiar, para cuando los padres no tienen tiempo de atender debidamente a sus hijos.
Mis impresiones
Aquí es donde llega la parte difícil, y de hecho hace más de un mes que tengo esta reseña a medias y me ha costado un montón terminar de escribirla... Después de haber leído unas cuantas opiniones y reseñas, todas ellas favorables, tenía muchas ganas de leer los dos libros; además habían pasado ya muchísimos años desde la última vez que había leído un libro de un autor cubano (de hecho hace tantos que ni siquiera recuerdo ni el autor ni el título; sólo sé que me lo prestó una compañera de trabajo cubana que tuve). A todo el mundo no sólo le habían gustado los dos, sino que les habían encantado; y me temo que yo misma, por aquello de no echarle la culpa a nadie, me había creado demasiadas expectativas.
El libro es muy corto, siempre es interesante esto de descubrir los misterios de la vida a través de los ojos de un niño, y en este caso además nos encontramos con una niña que es de lo más imaginativa, mordaz y simpática a la hora de darnos su visión de la existencia humana. Vamos, que como veis, en principio estaba del todo claro por qué a todo el mundo le había gustado tanto esta novela. Y sin embargo no sé por qué pero a mí me costó horrores terminarla; bueno, la continuación un poco menos pero también se me resistió un poco. Recuerdo que hubo un día en que fuimos a la playa en La Coruña y me llevé a Cuasi debajo del brazo para leer un rato tumbada en la arena, y me pasé todo el tiempo dando vueltas encima de la toalla porque no me terminaba de centrar en la lectura; y lo mismo me pasó en alguna ocasión que me puse a leer ya de noche, tumbada en la cama del hotel, que no había manera de concentrarse. Y ya es raro que me pase esto, la verdad; quizá es que, como siempre digo, los libros tienen su momento y puede que el mío no fuera este...
Hay que reconocer que la novela está muy bien escrita, y en realidad la lectura se hace amena porque Cuasi con sus ocurrencias nos hará a veces esbozar una sonrisa... Pero no he conseguido que me terminara de enganchar el libro, y la verdad es que me ha dado mucha rabia porque creo que de haberlo leído en un momento más adecuado lo habría disfrutado mucho más. Me pasaba en ocasiones que leía una ocurrencia de Cuasi y a pesar de reconocer que la cosa tenía su gracia, el caso es que yo no terminaba de reírme con ella. Incluso con alguna palabra típicamente cubana, que aparece de vez en cuando y a mí la mayoría me sonaban precisamente por esta compañera de la que hablaba antes; hay expresiones cubanas que a mí siempre me han hecho mucha gracia, y sin embargo en este caso nada de nada... Algo muy raro, la verdad, yo que tengo normalmente la risa tan fácil.
Conclusión
Como decía antes, la novela está bien escrita, la historia está contada desde un punto de vista muy original y además no tendremos ningún problema en el caso de no conocer las expresiones cubanas, ya que todas ellas están perfectamente explicadas a pie de página cuando aparecen en algún sitio. La historia es muy tierna y Cuasi es una niña muy maja... Pero nada, que no ha habido manera de que este libro me llenara tanto como esperaba que fuera a hacerlo...
Se supone que el libro está dirigido a un público adolescente, que imagino que se sentirá más identificado con Cuasi porque ella está en esa edad en la que ya no se es tan niño pero todavía no se es adulto; pero creo que habrá muchas reflexiones filosóficas de Cuasi que no necesariamente están dirigidas a adolescentes sino más bien a los adultos, que al fin y al cabo son los que se complican la vida en sus relaciones y acaban salpicando a los niños que tienen cerca. Y una de las cosas que nos hará ver la protagonista es que somos los adultos los que estamos por lo general llenos de prejuicios, los que andamos siempre pendientes del qué dirán, y los que hemos perdido (por lo general) la espontaneidad que suele caracterizar a los niños. Así que esta novela nos servirá un poco para reflexionar sobre nuestras actitudes en muchos momentos de la vida, aunque todo ello con unas pinceladas de sentido del humor.
Sin embargo, después de todo esto que os he contado, no tengo muy claro si recomendar esta lectura o no; diría que sí porque hasta ahora, después de todas las reseñas que he leído, creo que soy la única persona a la que el libro no le ha terminado de convencer del todo. Pero no tengo demasiado claro que sea culpa del libro sino que me temo que más bien es cosa mía; así que lo dejo en una indecisión para que cada uno haga lo que crea más oportuno.

Volver a la Portada de Logo Paperblog