Esa cosita loca llamada amor

Por su parte, Sidhe contraatacó trayendo a la Wasabi Manor un pedazo del París más canalla con otro de los trabajos más recordados de la MacLaine: ni más ni menos que Irma la Dulce.
Irma la Dulce es una de esas obras maestras que, ya sea por pereza o porque no encuentras el momento adecuado, no sabes por qué diantres no la has visto aún. Esto se solucionó hace poco aprovechando que comparte protagonista con la película anteriormente citada.
Seguimos en el terreno de la comedia, con leves tintes dramáticos, y, cómo no, con balas para todos los estamentos de la sociedad, como el tío Billy Wilder nos tenía acostumbrados.
En París no sólo el enorme mercado da vida al pintoresco barrio de Les Halles, ya que una de las calles es famos por sus señoritas de vida alegre, y entre ellas destaca Irma la Dulce, que se gana a diario el corazón y el dinero de todo tipo de hombres. Será ella quien lleve a la perdición a un honrado gendarme, llevándole a convertirse en nada menos que su chulo.
Cuando este ex gendarme, ahora apodado Tigre se enamora perdidamente de ella será cuando se sucedan sus más disparatadas desventuras.