Por Ileana Medina Hernández
Dedicado a María Berrozpe, y a todas mis amigas sabias
Hoy me he levantado con un subidón. Resulta que los grandes profesionales internacionales del sueño infantil han montado unas jornadas que se llaman The Great Baby Sleep Debate Online 2014, que es el mismo nombre que la Dra. María Berrozpe, amiga y miembro de esta tribu, dio a su gran trabajo de investigación publicado gratuitamente en la red desde hace dos años. Podríamos tomarlo como un plagio, pero dada la categoría profesional de los conferenciantes (Professor Helen Ball, Durham University, UK; Professor Jeanine Young, University of the Sunshine Coast, Australia; Associate Professor Kathleen Kendall-Tackett, Texas Tech University, US; Professor Ian St James-Roberts, University of London, UK) y la humildad y modestia proverbiales de María, ella misma ha preferido tomárselo como un privilegio y como la constatación de que sus análisis van en la línea correcta. Y sobre todo, de que no es cierto lo que afirma continuamente Estivill de que su método es la voz de la ciencia y no es discutido ni cuestionado por nadie.
María es Doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Zurich, pero desde que fue madre, se salió del mundo académico y cuida en su casa de sus hijos. Como yo misma y muchas de nosotras, a veces duda de su valía y de su autoridad para hablar desde afuera del mundo científico.
Hoy me vais a permitir que hable de nosotras mismas. No sé si es bonito, pero creo que es justo y necesario. La gran tribu de madres de la crianza consciente, de madres en general que intentamos hacer lo mejor que sabemos y podemos, que buscamos y nos cuestionamos continuamente para intentar dejar a nuestros hijos sagas emocionales, crianzas y educaciones lo más limpiecitas posible, amas de casa, blogueras, escritoras, asesoras, voluntarias en grupos de apoyo, trabajadoras a tiempo parcial, trabajadoras en trabajos precarios o básicos... O las más emprendedoras y decididas, creando sus propias empresas y trabajos satisfactorios relacionados con el mundo de la maternidad y la crianza.
Mujeres muy bien formadas, que por elección o por circunstancias vitales, no tenemos trabajos remunerados acordes a nuestras capacidades. Quizás tampoco los queremos en el mundo empresarial, académico o de la administración pública tal como está. Porque somos madres y queremos criar a nuestros hijos, estar tiempo con ellos y ser más libres de lo que ninguna empresa nos permite. Alguien por ahí nos llamó "frustradas" por no encontrar accesos en el mundo laboral. Y quizás tenga algo de razón. El mundo empresarial, académico y laboral no es siempre justo. Yo misma, al emigrar de Cuba a Canarias, me encontré fuertes obstáculos en la Universidad de La Laguna para ejercer de docente allí, a pesar de que ya estaba dentro con una beca de doctorado del gobierno español. Me encontré departamentos académicos endogámicos, mediocres, en permanente guerra interna, y con una calidad docente malísima. Es la verdad. Si no la digo más a menudo es precisamente para no parecer una frustrada despechada.
Quizás si hoy fuera una ilustre catedrática universitaria no hubiera tenido hijos, o los hubiera tenido delegando la crianza en otras, o no, y estaría haciendo lo mismo pero con un trabajo mucho mejor pagado y que me gusta mucho más de lo que hago ahora :-)
Luego me las he apañado con un trabajo de gris funcionaria en la administración pública, de categoría menor, pero que me permite tener las tardes libres, salir de la oficina sin llevarme trabajo a casa, y tomar permisos y licencias cuando las necesito para cuidar a mis hijos. Y con escribir en este blog, que me ha dado muchas satisfacciones y me ha permitido canalizar mi vocación para escribir y para el análisis social. Quizás los caminos del señor son inescrutables, como dice el proverbio, y mi misión es más importante aquí, donde tan poco se ha escrito y que se ha considerado menor por los ámbitos académicos y científicos. Quizás precisamente desde los frustrados, marginados o outsiders del sistema salen las voces más frescas e interesantes.
Las madres de la red estamos haciendo sociología de la vida cotidiana, eso que el sociólogo visionario Jesús Ibáñez ya planteaba en los años 80 y que se convirtió en paradigma de las ciencias sociales desde los años 90, con avalistas tan ilustres como el mismísimo Anthony Giddens. Estamos haciendo estudios cualitativos, dando voz a las mujeres y a los niños, escribiendo y publicando artículos gratuitamente, algunos de mucho valor intelectual como el mismo estudio de María, mientras damos la teta, limpiamos mocos, y pasamos noches en vela. Sin cobrar, sin prestigio intelectual, sin autoridad académica. Pero aportando a muchas otras madres y padres que nos leen y nos escriben con gratitud y cariño.
Estamos dinamitando las fronteras entre el estudioso y el estudiado. Entre la intelectual y la ama de casa. Entre lo público y lo privado. Entre la producción y el cuidado. Entre lo remunerado y lo gratuito. Nos estamos reinventando en los instersticios inexplorados de los sistemas productivos. Y eso es conciliación en sentido amplio. Es igualdad en sentido amplio. Es justicia en sentido amplio. Es creación en sentido amplio.
Es hora de que nos lo creamos. De que nos demos valor nosotras mismas sin necesitar que nadie nos autorice. Y de que sigamos trabajando para que la autoridad se abra y se desplace de lugar, reconozcamos el mosaico de discursos y de lugares posibles desde el que emitirlos, que montemos y demos legitimidad a nuestros propios espacios discursivos, tan válidos como los grandes medios de comunicación y como las grandes universidades. Y que lo hagamos nosotras mismas. Nadie lo va a hacer por nosotras.
Va por ustedes, mis talentosísimas amigas. Las quiero mucho.