Arjona
No ha habido tiempo para juntar demasiadas letras, anoche tocaba fútbol -la mala sangre, el teatro, once pares de tíos con más gomina que Villasuso (hasta que al de siempre le expulsan medio par)-. La "novillada" del Pilar me pareció muy bien presentada, digna para Sevilla, con los tres últimos animales que parecían "toros". Vaya guasa. Un desatino de la empresa y de sus veedores, que no extraña estando la figura del Curro Vázquez apoderado de por medio. Y un palo, y gordo, la actitud de Moisés Fraile, mandando una corrida para plaza de segunda a una feria que lo ha encumbrado como uno de los ganaderos del momento. Es difícil, muy difícil de comprender que no tenga toros con más cuajo el año en el que no va a Madrid. ¿Entendemos que esta es la cabeza de camada del Pilar? A todo esto salió un quinto, encastadito, que no llegaba ni a Barrabás ni al toro Bravío, y que tuvo algo de interés. Pero nada, el que podía optar a ser mejor encierro del ciclo, ha sido el primer fraude gordo del mismo. Con unos cuántos pitones que merecerían ser analizados.
Tomó la alternativa Esaú Fernández, que el hombre habrá respirado, ya en el escalafón de los mayores no tendrá que ponerse delante de los novillos de las Ventas, que son muchos más que el "toro" de su Doctorado. Puede ser "gente" en esto, lo que no lleva implícito que tenga que ser buen torero. Le mojó la oreja a Morante y el Cid en ganas, sangre e ilusión, que tampoco es trabajo demasiado complicado. Pero mucho destoreo, pocas apreturas y cero colocación. Dos orejas, una + una, con estocadas a capón y faenas trabajadas pero vulgares. Es lo que hay.
Morante abúlico, resignado, desganado, como casi siempre. Esta tarde no nos ha dejado ni una bronca, que qué menos. Aunque tampoco haya sido nunca Mariano Haro, vuelve a estar fuera de forma, sin condiciones, y me temo que nos vamos a tener que resignar con verlo delante de toros que le permitan estar. Para empezar, está totalmente fuera de Pamplona, otra vez. No entra en sus planes, y no se ha llegado a hablar de cuernos ni de euros. Manzanares, otro que ha dicho nones a San Fermín. Que cada hijo de vecino vaya tomando nota y sepa de que material están hechos sus ídolos.
Manuel Jesús Román ha señalado un puyazo la mar de bueno, haciendo la suerte bien, moviendo con donaire el caballo y tirando la vara con soltura, demostrando que picar como se debe es mucho más fácil de como nos lo quieren pintar. Su matador, en cambio, ha vuelto a dejar dudas, o mejor dicho, las ha resuelto. No está. Con el quinto, mal, sin paliativos.