Fue grato ver como Carmen y Chema siguen al pie del cañón llevando el hotel, un autentico escondite para alejarse del mundo y esconderse en otra dimensión de tranquilidad y aislamiento.
Para explorar la zona, en el propio hotel os darán todas las indicaciones necesarias, ellos conocen fenomenal todos los rincones. Y ademas de las indicaciones si necesitas picnic te prepararan una estupenda cesta para el campo.En nuestra caso fuimos con los peques y tuvimos la gran sorpresa que a la mañana siguiente de la llegada apareció todo completamente nevado, lo que nos hizo cambiar los planes, primero para que los niños pudieran disfrutar a gusto jugando con la nieve que no habían visto todavía en todo el invierno, y segundo porque tuvimos que cambiar el plan de visita de ese día ya que no nos atrevimos a meternos en las pistas forestales.
Este rincón de Guadalajara esta muy poco explotado para turismo, apenas se encuentra gente (al menos fuera de temporada), y sin embargo esconde rincones dignos de visitar.A la ida desde Madrid, lo ideal es aprovechar y visitar el Cañón del río Gallo. Un paisaje espectacular.La idea es ir por la N-II hasta Alcolea del Pinar y desviarse hacia Molina de Aragon, antes de llegar tomar el desvío a Corduente y desde ahí seguir la carretera hasta Torete, de esta manera se atraviesa todo el cañón. En la zona del santuario hay un pequeño parking donde se puede aparcar y subir las escalerillas para tener una vista en perspectiva del cañón.
De vuelta a Madrid, visitamos la zona del Tajo: el Puente de San Pedro, lugar donde se cruzan el río Gallo y el Tajo. De esta zona salen distintas rutas a seguir a pie. Pero en nuestro caso avanzamos algo mas la carretera y enseguida a mano izquierda aparece una ruta a Fuente de Falaguera. En esta zona recreativa que se identifica fácilmente por un pequeño refugio hay una especie de playa llena de piedras de río donde los peques pasaron un buen rato tirándolas al río.
También desde la misma pista sale una escalera hacia arriba del cañón para visitar una toba. Nosotros no terminamos el camino pero los peques de cinco años recorrieron bastante y seguros. El camino no tiene grandes cortes ni zonas peligrosas aunque siempre tienes que ir cerca de ellos.Otro día aprovechamos para visitar Molina de Aragón: museo y visita a la muralla (aunque la visita fue bien corta porque la temperatura era baja y el viente pegaba con fuerza.)
Y muy cerquita el hotel te puedes ir a dar un paseo hasta uno de los barrancos desde lo que se pueden visitar el vuelo de los buitres en un paisaje espectacular.Nos quedamos sin visitar la otra zona del alto tajo: el Salto de la Poveda, para lo que hay que ir hasta Fuente de Poveda y tomar una pista forestal. Debido al mal tiempo y a la nieve caída el día anterior no nos atrevimos, pero es otra de las zonas recomendadas a visitar.