Aprovechando cinco días de vacaciones de Semana Santa nos hemos acercado hasta Italia para conocer el lago de Como y sus alrededores; un lugar con unos paisajes espectaculares. Esta escapada nos ha permitido también conocer Milán y Bérgamo.
Llegar hasta el
lago de Como desde Alemania supone atravesar los Alpes, lo cual significa conducir por carreteras de extraordinaria belleza. Si además el viaje se hace apenas comenzada la primavera, como es el caso, lo más probable es que la nieve aún acompañe gran parte del camino dando a las montañas un aire todavía más propio de una gran cordillera como es la alpina.
Pero lo que confiere especial belleza a este lugar, en mi opinión, es las montañas rodean sus orillas en cualquiera de las direcciones que alcanza la vista.
Un dato curioso para los cinéfilos, el lago de Como forma parte de algunos de los escenarios que aparecen representando al planeta Naboo en la guerra de las galaxias.
La ciudad de Lecco, donde nos alojamos, es uno de los centros industriales más importantes de Lombardía, pero también tiene su casco antiguo y un bonito paseo al borde del lago.
La elección fue meramente casual, fue donde encontramos el alojamiento más económico en la zona sur del lago; nos interesaba esta zona para estar cerca de Milán y Bérgamo, dos ciudades que queríamos conocer.
La ciudad tiene algún museo destacado y es especialmente conocida por la novela " los prometidos" de Manzoni, pero nosotros nos dedicamos solo a recorrer sus calles.
Desde Lecco, cruzando el río Adda que atraviesa el lago, se puede hacer un hermoso paseo por la rivera del lago hasta llegar a Malgrate, la población que hay justo en frente.
Y contemplar la hermosa silueta de Lecco entre el lago y la montaña.
Si no se quiere caminar tanto, merece la pena al menos acercarse a su pequeño puerto para contemplar las hermosas vistas de este brazo del lago.