Revista Ciencia

Escapadita a Beceite

Por Drunkerito
Agobiado y asqueado de estar encerrado en la ciudad decidí escaparme de ella. Aprovechando el puente de fallas del que disfrutábamos los valencianos me desplazé hasta Beceite, en la comarca turolense de Matarraña. Un lugar increíblemente bello sinceramente, en el que disfruté como un chiquillo de un entorno privilegiado y de unas rutas increíbles. Por consiguiente, tenía gran cantidad de bichitos a fotografiar, así que permitidme que os enseñe algunas, mejor dicho las únicas que han salido con cierta decencia, de las instantáneas que tomé.
Dadas las fechas en las que nos movimos, muchas especies iniciaban su periodo reproductor. Baste de ejemplo estas fotos tomadas en tales menesteres de una pareja de zapateros (Gerris lacustris) y de sapo común (Bufo bufo):
Escapadita a BeceiteEscapadita a Beceite Ambas imágenes son, asimismo, un claro ejemplo del excepcional estado de conservación del sistema que engloba al río Matarraña. Aclaro que cuando digo excepcional estado de conservación me refiero para un río mediterráneo en la Península Ibérica, ya que aún así el medio está un poco antropizado, rodeado de campos de cultivo y abundantes azudes. De hecho, es considerado como el río mediterráneo (geográficamente hablando, no refiriéndose a las regiones climáticas homónimas) mejor conservado del planeta. Tanto es así que es uno de los últimos reductos del cada vez más escaso cangrejo de río europeo (Austropotamobius pallipes) y de la nutria euroasiática (Lutra lutra). Debo confesar que me pasé un buen rato buscando posibles restos de ésta última. La emoción y las ganas de hallar algo así, junto con mi escasa experiencia en la identificación de rastros, me hicieron creer que el excremento que encontré en una roca que salía del agua, era el signo que buscaba del mustélido. Tomé una fotografía de ello, y la adjunto con la experanza de que alguna alma caritativa me diga de que se trata:
Escapadita a Beceite
La biovidersidad que atesora este sistema es espectacular. La vegetación sumergida es bastante numerosa, tanto en especies como en número de individuos. Y en sus orillas de cantos rodados es fácil observar una interesantísima variedad de entomofauna, que van desde hormigas hasta arañas, como esta Pardosa sp.:
Escapadita a Beceite
Tal es la diversidad de especies que incluso oí el reclamo de alguna especie de pícido entre los pinos que rodean las orillas del embalse de Pena.
No obstante, lo más espectacular está aún por llegar. Sobresaliendo de una masa forestal dominada por pino negro (Pinus nigra), y en que abundan la sabina albar (Juniperus thurifera) y la carrasca (Quercus ilex), aparece una meseta rectangular conocida con el intuitivo nombre de La Caixa (caja en español).Escapadita a Beceite  La ruta hasta su cima, que se puede complementar con la ascensión hasta el vecino Periganyol, es exigente y, por tanto, poco transitada, dándole un encanto especial a la senda. A lo que debe sumarse la gran cantidad de buitres leonados (Gyps fulvus) que planean sobre tu cabeza en gran parte de la subida.
Escapadita a Beceite
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Y no solo eso, casi al final de la ruta se encuentra una bifurcación donde a la izquierda llegas a La Caixa, y a la derecha alcanzas la cima del Periganyol. Desde este punto, pudimos divisar una pequeño grupo de hembras de cabra hispánica (Capra pyrenaica) en lo alto de La Caixa. Me tenéis que permitir que os anexe las fotos que tomé de ellas aunque no se vean muy bien:
Escapadita a BeceiteEscapadita a BeceiteEscapadita a BeceiteEscapadita a BeceitePor último, os propongo un jueguecillo. A mitad de camino existe una pequeña hondonada sobre sustrato arcilloso que atrapa el agua de lluvia y es aprovechada por la fauna como abrevadero. Al estar tan transitado se observan gran cantidad de huellas en sus orillas. Entre ellas hay una especialmente enigmática, ¿alguien sabría decirme quién es el autor? 
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