Escribes y borras. Trazas frases pretendidamente perfectas para darte cuenta de su imperfección nada más terminarlas. Intentas contar cosas que parecían importantes para verificar su poca importancia una vez puestas en palabras. Estás de lunes. Si escribieras de caballeros, hoy no harían ni un rasguño al dragón más débil que pudieras imaginar. Hoy los Superhéroes saltarían en vez de volar y las brujas irían sin hechizos de serie y con nísperos en lugar de manzanas con veneno. Es un lunes de los de escapar. De los de buscar atajos al futuro más próximo. De los de bucear por las galerías de Devianart y dejarse llevar por imágenes como las de Carlos Reinesch, y dejar que las neuronas vuelen libres un rato, sin obligarlas más que a disfrutar de la belleza ajena sin necesidad de intentar crear la propia. Ya veremos si mañana quieren volver al redil.
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