Escribo. Junto palabras en frases. Escribo de besos, de valles, de calles, de huesos calados hasta ellos mismos. ¿Por qué? Sueño y cuento. Me doy y ofrezco. Una bruja hermosa es raptada por una princesa con una hipoteca sobre sus rizos de oro. Escribo y me lees. Escribo sobre el lugar donde va el reflejo de un vampiro en el espejo. Había una vez un vampiro coqueto que buscaba en todos los espejos su imagen reflejada. Al otro lado del papel, de la pantalla, estás tú. Decía un mago que vivía en una montaña en una isla en un mar de olas gigantescas, que todos los libros se escriben sólo para el que los está leyendo. De piratas honrados, de caballeros rufianes, de sirvientas altivas, de esclavos libres, de torres con sótano, de milagros razonables. Escribo.
Escribo deseando vivir de lo que escribo. Escribo de sueños propios, por lo tanto. Escribo esto sin guión, pero lo escribo. Escribo para mi, y en realidad toda frase es un hechizo para que tú que lo leas seas yo. Y comprendas mis deseos, y sientas mis heridas, y celebres mis victorias, y te duelan mis huesos, y saborees mis besos. Como ves, escribo. Como lees, vivo. Para mi tus ojos, para ti mis manos. Una vieja Reina en un palacio frío. Un viejo cansado bajo un árbol más cansado. Si la Reina viera al Viejo, si el Viejo fuera a Palacio. Si la Reina quisiera, si el Viejo la besase. Si escribiese sus besos sabios, cargados, secos…. pero besos.
Escribo sin Sentido, porque le he mandado a por dos barras de pan y dos de chipirones. Escribo, en fin, porque hoy es lunes y yo sólo quería escribir que un escritor escribía.
Comparte Cosechadel66: Facebook Google Bookmarks Twitter