Revista Televisión
'Preacher' ha sido otra de las series estrenadas durante este verano que a punto está de terminar. AMC se animó a llevar a televisión las novelas gráficas de Garth Ennis y Steve Dillon y para ello contó con Evan Goldberg, Seth Rogen (pareja de actores y guionistas de, entre otras, 'Superfumados' o 'Malditos vecinos 2') y Sam Catlin (guionista y productor de 'Breaking Bad'), productores, guionistas y directores de la serie.
Este drama mezcla humor negro, ironía, mala leche, sexo, violencia, ángeles, demonios y al mismísimo Dios para contar la historia de Jesse Custer (Dominic Cooper; 'Mama mia!', 'Capitán América: el primer vengador', 'Agent Carter') un predicador de Texas que de la noche a la mañana se convierte en poseedor de un peculiar poder: es capaz de conseguir que sus interlocutores hagan lo que él dice. Su vida se complica con la llegada de Cassidy (Joseph Gilgun; 'Misfits'), un vampiro milenario y de Tulip (Ruth Negga, a la que próximamente veremos en la película 'Loving' y que se dejó ver en 'Agentes de SHIELD'), su ex novia, que viene dispuesta a que se pague cierta deuda del pasado. A modo de aviso, os diré que Tulip se convierte en la reina absoluta de la serie.
No es hasta que se cruzan en su camino Fiore (Tom Brooke) y DeBlanc (Anatol Yusef; 'Boardwalk Empire') cuando Jesse descubre qué es lo que verdaderamente hay en su interior: Génesis, el hijo de un ángel y un demonio. Un poderoso poder que debe regresar a ¡¡la lata!! de la que nunca debió salir. La situación se le complica cuando el señor Quincannon (Jackie Earle Haley; 'Watchmen', 'Juegos secretos', 'Pesadilla en Elm Street') le desafía a convertirse en el dueño de la iglesia si Custer no consigue convencerle de la existencia de Dios. Y es esta trama lo que centra la recta final de la primera temporada de 'Preacher', que culmina en una loquísima season finale que tiene un invitado muy especial.
En 'Preacher' hay, además, una trama que aparentemente sucede en el pasado, pero que saca de dudas al espectador en el buenísimo noveno capítulo. De primeras parece una locura, pero en 'Preacher' todo tiene sentido. Aunque su final deje al espectador con la boca torcida. Es muy disfrutable la forma en la que Jesse va aceptando su lugar, muy influido por su padre ("Así que tienes que ser uno de los tipos buenos. ¿Por qué? Porque ya ha demasiados de los malos"), al que vemos en diferentes flashbacks. Junto a Cassidy y Tulip forman un trío la mar de peculiar, que seguro seguirá dándonos grandes momentos en la segunda temporada (y más si se dedican a buscar a Dios). Y eso que a Custer le costó aceptar lo que era su nuevo mejor amigo. Aunque para especial, la presencia de Caraculo (Ian Colletti; 'Rake'), al que le sucede algo muy curioso, salido de boca de Jesse, pero sin que éste sea consciente de lo que le dice. Por ahí está también el guapísimo Derek Wilson, que da vida a Donnie, presentado inicialmente como enemigo de Jesse pero que sufrirá una curiosa transformación.
'Preacher' es una serie a la que cuesta pillar el tono, pero a la que el espectador termina entregándose por completo una vez abraza su locura. Y no decepciona.