Escuchar: una tarea no tan sencilla

¿Te has preguntado alguna vez si eres capaz de escuchar a los demás? ¿Tienes en cuenta lo importante que resulta para alguien el ser escuchado?

Estas preguntas son algunas de las que deberíamos hacernos si queremos conseguir que nuestras relaciones con los demás mejoren. Escuchar al otro no siempre es fácil, y en muchas ocasiones, cuando alguien nos habla, nos limitamos a asentir con la cabeza como si le estuviésemos prestando atención aunque en realidad no sea así.

La explicación, muy sencilla: estamos tan inmersos en nuestras propias ideas o en lo que diremos a continuación que creemos que lo que nos están contando no es importante, o incluso a veces jugamos a adivinar lo que nos van a decir sin atender al verdadero mensaje.

Escuchar al otro implica esfuerzo, sobretodo cuando llegamos cansados del trabajo, acabamos de tener algún problema con el jefe o simplemente, no nos apetece. Sin embargo, quizá deberíamos pararnos a pensar si verdaderamente nos gusta que a nosotros nos escuchen, y si nuestros hijos, mujer o amigos no merecen que hagamos eso por ellos.

¡Pruébalo!, quizá descubras que las personas a las que estabas seguro de conocer no sean exactamente como tú las imaginabas. Y lo mejor… ¡lograrás que ellos te escuchen también a ti!