¿De qué va esto? La novela gira alrededor de la historia de Lee Anderson, un tipo de raza negra con la piel blanca que se infiltra en un mundo de blancos para vengar a su hermano linchado. Consigue un trabajo en una librería —Boris Vian aprovecha para reírse de la literatura y del mundo editorial—, y se infiltra en la sociedad de blancos buenos. Luego empieza con las chicas, que se rinden a sus encantos a centenares y a las que monta como un centauro incansable. Lee Anderson es plenamente aceptado en esa sociedad donde casi nunca pasa nada, hasta que llega él, claro.
Lo mejor del libro: el estilo. Un lenguaje economizado al máximo, hasta áspero, absolutamente desnudo y desprovisto de párrafos innecesarios. Literatura cruda, al estilo Carver. No hay en Escupiré sobre vuestra tumba pasajes sobrantes, descripciones minuciosas, devaneos psicológicos. El punto débil, como he dicho, es que es una historia que no me creí. Ni los personajes ni la trama parecen tener conexión alguna con el mundo real. Y luego está en final, truculento donde los haya. Diría que hasta cuidadosa y milimétricamente provocador destinado a escandalizar el lector. Más que agitar conciencias, Boris Vian pretendió ser el más bestia de la clase, el más gamberro. Del músico, ingeniero, novelista y poeta francés Boris Vian (1920-1959), y tras leer la pesadísima y surrealista El arranca corazones (1953), y la decepción de Escupiré… creo que me queda por leer sus poemas. O sus relatos de El hombre lobo, publicados póstumamente, si leo a alguien que los recomiende. Alguien de confianza, porque la novela sobre la que versa este artículo estaba hiperrecomendada. Otro famoso libro a la papelera.
Escupiré sobre vuestra tumba, Boris Vian