Esta semana sólo habrá un post, debido a que 'El Dado del Arte' acoge la Sala 4 de La Exposición Expandida dedicada a los 'Espacios Abandonados'.
Y es que la ciudad no sólo se compone de viviendas, plazas, monumentos, parques y edificios administrativos. Todas las ciudades guardan en su entramado espacios olvidados y dejados en el abandono, a merced del tiempo, en ruinas o sin ni siquiera haber sido acabados de construir. El abandono se ha apoderado de ellos firmando un contrato de alquiler indefinido.
La situación de desemparo en la que se encuentran estas construcciones ha acaparado la atención de un gran número de fotógrafos de todo el mundo que, con o sin manipulación digital, provocan en el espectador una necesaria reflexión en torno al paso del tiempo y la destrucción, pero también sobre el contemporáneo proceso de abandono de edificios inacabados y sobre la posible belleza del abandono.
Lugares
en silencio, con escasa o nula presencia humana, en el que nos
adentramos gracias a fotógrafos del 'urbex', una corriente generada en
Estados Unidos que alude a la exploración urbana, y cuyo objetivo es, por un
lado, el disfrute del espacio vacio dejado por el abandono y, por otro,
la sensación de peligro entrando en lugares prohibidos. Además el
'urbex' permite sólo sacar fotografías, sin dejar más rastro de su
presencia que las propias pisadas.
Precisamente en Detroit (Estados Unidos) ha desarrollado Kevin Bauman su serie 100 Abandoned Houses. Un proyecto en el que ha trabajado durante diez años fotografiando las casas que quedaban abandonadas en Detroit en un área de 138 km cuadrados, debido al interés por urbanizar otras áreas de la ciudad y al fuerte descenso de población, por lo que probablemente el número de casas abandonadas en Detroit seguirá en aumento en los próximos años.
También en Estados Unidos, concretamente en el estado de Maryland se encuentra Chris Folsom cuya obra fotográfica relacionada con espacios abandonados abarca desde hospitales psiquiátricos a fábricas de ropa abandonadas.
Esta corriente del 'urbex' también tiene seguidores en Europa, como Tim Borremans, desde Amberes (Bélgica), cuya afición por descubrir lugares abandonados le ha llevado a fotografias desde castillos a viejas estaciones de tren, pasando por asilos, teatros o centros de vacaciones construidos por los nazis.
En España nos encontramos con Luis Veloso Clemente cuya obra hace especial enfásis en el abandono de estructuras de hormigón armado, sobre todo en la zona de Levante. Esqueletos que muestran la situación de la economía actual, son ruinas anticipadas de los edificios que nunca fueron. Sin duda, el paralelismo con las ruinas arqueológicas de las ciudades se hace evidente. En aquellas vemos y nos imaginamos, lo que en su día fue un asentamiento, pero ante las ruinas de hormigón vemos lo que debería hacer sido. Se han convertido en restos antes de ser, siquiera, entes. Además Veloso Clemente potencia esta característica al dotar a las esculturas de una fuerte iluminación, convirtiéndolas en estrellas de cine, en arquitecturas admirables.
En el lado opuesto a Veloso Clemente tenemos la serie 'Leninakán' de David Simón Martret donde recoge los restos que aún perdurán del grave terremoto que asoló la república caucásica de Armenia en 1988. La ciudad de Leninakán (ahora conocida como Gyumri) fue la más afectada y comenzó entonces toda una fase de recontrucción urbanística pero, aún hoy, las calles están repletas de ruinas y de edificios asolados por el terremoto, fábricas cerradas que se tornan vestigios de aquella tragedia. Edificios en ruinas durante más de 24 años cuyo aspecto se ha convertido en 'normal' para los habitantes más jóvenes, que no han conocido otra Gyumri.
David Simón Martret también es el autor de una interesante serie titulada 'La Catalana' donde hace referencia al fantasmal barrio ubicado en la periferia de Barcelona que, con el paso de los años se ha convertido en un barrio dormitorio de pocos habitantes, supervivientes de la higienización urbanística, que se niegan a abandonar sus hogares.
Para acabar, pensemos en el futuro. La innevitable transformación de las ciudades ha servido para que Albert Puntí
imagine la ciudad ciber-romántica destruida por las ruinas, a las
cuales se enfrenta como si fuera el caminante de Caspar David Friedrich
ante la más inmensa neblina. Una interesante fusión entre la arqueología y
los monumentos cumbres de Barcelona junto con un toque futurista de una
ciudad en ruinas y sin rastro humano, destruida por su propio avance.