(vía dbnews)
Días después de que la Policía marroquí agrediera al eurodiputado Willy Meyer (IU) y de que el régimen de Mohamed VI respondiera a la tibia regañina de la Unión Europa alegando que Meyer es "hostil" por defender la causa saharaui, las autoridades alauitas vuelven a la carga. En esta ocasión, las víctimas de la agresión han sido 40 activistas que viajaban a El Aaiún, indefensos a manos de "decenas de policías armados con porras que los insultaron durante horas".
De nuevo, un abuso de la autoridad, despojando a los activistas de sus documentos, de su equipaje y lanzándolo abierto fuera del aeropuerto. Lamentablemente, nada nuevo bajo el sol. Como tampoco es nuevo el silencio de Trinidad Jiménez y el resto de las fuerzas políticas, con la excepción de IU, que presentará acciones legales. Y es que la agresión de Meyer no es ficción: sufre rotura fibrilar en el lado izquierdo del cuello y policontusiones... y ni siquiera su condición de eurodiputado parece importar al Gobierno español.
Considerando que el Sáhara Occidental fue la provincia española número 53 y que muchos de los saharauis que hoy viven aislados en los campamentos de refugiados conservan su DNI español, no creo que sea forzar demasiado el argumento y comparar el silencio y la no condena de estos hechos por parte del Gobierno con otro silencio que tanto han criticado PP y PSOE. Me refiero a la no condena de la violencia de ETA por parte de Bildu. Y no creo que sea forzar porque Marruecos, a fin de cuentas, está ejerciendo una violencia desmedida contra el pueblo saharaui y todo aquel que le presta ayuda. ¿Qué es el terrorismo sino una "sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror"? ¿No es eso lo que hace el régimen de Rabat con ciudadanos que un día fueron españoles? ¿No es eso lo que promueve Mohamed VI, bajos sus cosméticos avances democráticos que llevan a tener a 79 saharauis en prisión por causas políticas?
Por eso mismo, porque nuestro propio Estado se hace complice cada día un poco más, animo a todo el que pueda a concentrarse el próximo 8 de noviembre en la Embajada del Reino de Marruecos en Madrid, a las 19:00 horas, en pleno aniversario del desmantelamiento violento del campamento Gdeim Izik. Aquel asalto al campamento, hace un año ya, fue otra prueba más de la indiferencia, de la sumisión por intereses económicos y geoestratégicos, de España ante Marruecos, de la Unión Europea al completo bajo la chilaba de Mohamed VI. Y por eso, también, animo a que sólo unos días después (sábado 12 de noviembre), Madrid entera se vuelva saharaui con la manifestación estatal que se nutrirá de gente de toda España.