España, impostura natural.

Los dogmas no se discuten, y los Amos son los Amos. De momento solo envían a brigadistas zombis de cuarta categoría, obsoletos (deben estar renovando el arsenal de zombis), rancios y difamadores. Pero pronto lloverán los Tomahawks, dado que están preparando una legislación, bajo presión de los agentes de los prestamistas (dueños y acreedores ya del presente y futuro de los españoles), similar a la que ya rige en centroeuropa. Y hasta ahí habremos llegado.

En occidente la forma constitucional es la Democracia, y es posible que ese sea el mejor sistema cuando prevalece la verdadera voluntad del pueblo, pero el peor por su impostura, cuando agentes secretos o privados distorsionan la voluntad de la nación. En los EEUU obreros y capitalistas están, o estaban, orgullosos de su Democracia, allí todos son iguales ante la ley. Todos pueden declarar con la misma arrogancia: “civis americanus sum”. La Democracia es una forma ideal de vida con tal de que no existan grupos individuales, partidos, grupos étnicos o sectas que cumplan con éxito sus secretas aspiraciones en detrimento del resto de la nación, del bien común. Y este parece ser el sino, en un sentido práctico, de la Democracia.

Tan pronto como se desarrolla esa fuerza parásita dentro de la Democracia, ésta se ve reducida a la nada; se transforma en una minoría sustentada por un rebaño. El derecho del sufragio se convierte en un mito cuando la opinión pública está influida por agentes hostiles al bien común. El sistema parlamentario se rebaja a nivel de un costosísimo espectáculo teatral, porque los senadores estarán influidos por la opinión pública que, por ser creada artificialmente, es falsa. El gobierno no podrá desenvolverse según los principios originalmente expuestos como lo establecen las leyes, porque el mismo gobierno estará manejado por los miembros de esa fuerza secreta que impondrá su opinión minoritaria que gobernará por el poder de los intereses económico-financieros y será dirigida por los consejos de sus cerebros pensantes (consejeros, asesores y grupos de pensamiento).

Como “la mano que da, siempre está por encima de la mano que recibe”, la moderna Democracia se transforma, inexorablemente, en una “partitocracia” y ésta, a su vez, en una “plutocracia”, dado que los políticos profesionales y sus partidos no pueden promocionarse y subsistir sin los subsidios procedentes de estamentos privados. Esto transforma a la moderna política en una impostura, donde la trampa semántica de vaciar a las palabras de su contenido y atribuirles otro es la constante. Si bien etimológicamente la palabra Democracia significa “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, en la actual realidad no es más que gobierno de las masas, que además están incrustadas en el estado, por los partidos y para los poderes fácticos, generalmente en la sombra.

CMH

PD.: Alguien dice que el problema real que tenemos es no haber podido desentrañar nunca el misterio de nuestra verdadera identidad personal, por haberse levantado una columna de humo que impide toda visión y crea un estado de perfecta ansiedad y disipación. El resultado es que hoy todos, en el fondo, se sienten inmensamente felices de sí mismos al comprobar que  en ellos reside, (no la soberanía) sino la vulgaridad. Y de esto sí están seguros.