España luchó, Ramos no falló y no hubo llantos de CR7

La selección española halló en los penales (4-2) la comodidad que no encontró en el campo de juego y tras 180 minutos en los que aunque fue superior estuvo lejos de completar una buena actuación superó el enorme obstáculo que le supuso enfrentar a Portugal y arribó a la gran final de la Eurocopa, en la que ante Alemania o Italia hara lo posible por defender el titulo y transformarse en la primer combinado nacional que logra la trilogía.

Como en 2008 ante Italia, en aquella definición que marcó el quiebre y dio inicio a todos estos años gloriosos, los héroes terminaron siendo Iker Casillas y Cesc Fabregas. El primero conteniendo el remate de Moutinho instantes despues que que fallara Xabi Alonso y el segundo cerrando la serie ejecutando su disparo con la misma frialdad con la que lo hizo ante Gianluigi Buffon esa noche de Viena.

Todo le costó tanto como en aquel día a España, que acuso falta de frescura y creatividad y fue incapaz de terminar de hacer suyo el tramite del juego, el cual un combinado luso combativa, aplicada y que no escamtimó esfuerzo alguno al momento de obstruir hizo que se ajustara durante largos minutos a sus conveniencias.

Presionandolo arriba, achicandole los espacios, sellando muchas de las lineas de pase y hasta por momentos discutiendole bastante la posesión del balón el once conducido por Paulo Bento descativó por completo al conducido por Vicente del Bosque, que jugando siempre muy incomodo no halló fluidez en ningun momento y se encontró frente a demasiadas dificultades para llevar peligro hacia al área defendida por Rui Patricio.

Las pocas chances de gol con las que contó el equipo reflejaron a la perfección la inconexión, que fue tan grande que terminó por dejar sin efecto la inclusion en el once titular de Alvaro Neegredo y hasta hizo que muchas veces el recurso mas utilizado sea el del pase largo, profundo y vertical, al cual pocas veces se recurre.

Ante tanta oscuridad los unicos en aportar algo de luz fueron Jordi Alba y Andres Iniesta, quienes congeniando muy bien por el sector izquierdo trazaron combinaciones que aunque fueron escasas propicaroon pequeños desajustes defensivos en el once portugues, que teniendo como pilares a Pepe y Bruno Alves en la zaga y a Moutinho en el centro del campo perdió pocas veces la compostura.

Iniciado el segundo tiempo fue realmente poco lo que cambió para España, que aunque con Cesc en lugar de Negredo vio reforzado el centro del campo y con Jesus Navas en reemplazo de David Silva encontró mayor oxigeno por la banda derecha siguió sin encontrar lucidez y cayó en imprecisiones que no le hicieron perder la paciencia pero si la fueron frutrando.

Lo contrario le fe sucediendo a Portugal, que aunque no presionó de forma tan insistente y progresivamente fue cediendo terreno fue haciendose cada vez más fuerte a nivel defensivo gracias a la enorme implicación mostrada por sus jugadores.

Lo que seguramente le faltó al cuadro luso fe preocupar más en ataque, algo que debido a la falta de creatividad de sus mediocentros, buenos para la batalla pero no para el juego, solo pudo hacer mediante Cristiano Ronaldo, quien rematando en movimiento y a balón parado mantuvo siempre alerta a a Iker Casillas.

La imposibilidad de unos y el conformismo de otros hicieron que con el cansacio acumulandose en las piernas de los jugadores y los minutos transcurriendo con prisa y sin que nada cambiara pese a los intentos fuera tornandose irremediable el tiempo suplementario, el cual finalmente llegó tras un contragolpe mas culminado por Cristiano que mantuvo en vilo a todo el estadio.

Paradojicamente fueron quince treinta minutos en los que se vio lo mejor de España, que encontró soluciones en Pedro y disfrutó de una superioridad que fue haciendo crecer siendo ambicioso que su rival, encontrando mayor precision y disfrutando de opciones claras, entre ellas una de Iniesta propiciada por Jordi Alba que Rui Patricio repelió de forma extraordinaria y otra de Navas que no terminó en la red por poco. Portugal, ya sin tantas fuerzas, resistió como pudo.

La solucion terminaron siendo los penales, en los que tras los fallos de Xabi Alonso y Moutinho y las certeras definiciones de Iniesta, Pepe, Pique, Nani y Ramos llego el remate al btravesaño de Bruno Alves y la ejecución ganadora de Cesc, que desató el nudo e hizo posible el festejo. El domingo en Kiev, España ira en busca de la confirmación. De reescribir lo que ya a esta altura es su inmaculada leyenda.