Revista Cultura y Ocio
Varios miles de estafados por Caixa Galicia por el asunto de las "preferentes" fueron a buscar a Mariano Rajoy a su presunto lugar de "veraneo familiar" en Sanxenxo, población gallega pegada al Atlántico; resulta que Mariano, oh decepción, estaba a mil y pico kilómetros de allí, en la provincia de Huelva, concretamente en el Parque de Doñana, viendo el llamado "Rocío Chico". Tal vez fue a perdirle a la Virgen de las Marismas que le saque del pantano en el que nos ha metido a todos.
Poco después de eso, el presidente gallego, Núñez Feijóo (PP), dice que va a adelantar las elecciones autonómicas gallegas. Se rumorea que las hará coincidir con las vascas. El diablo sabrá el por qué de su interés en celebrarlas conjuntamente, aunque la oportunidad para dar un palo tremendo en las urnas al partido de la reacción española es de oro: un doble batacazo electoral del PP en el País Vasco y en Galicia sería una muestra de que los ciudadanos españoles empiezan a respetarse a sí mismos.
Mientras, con la que está cayendo para millones de ciudadanos abocados a la pobreza económica y la desprotección social, un payaso que es diputado en las Cortes y concejal en Ourense del Partido Popular y que responde por Guillermo Collarte, declara al diario La Voz de Galicia textualmente "pasarlas canutas para llegar a fin de mes" cobrando más de 5.000 euros mensuales. Según he oído en la SER esta mañana, este hijo de mala madre cobra dietas como diputado no residente en Madrid por valor de mil y pico euros, a pesar de tener un piso en propiedad en esa ciudad. Su partido le ha hecho disculparse, y él se ha disculpado, faltaría más. Y ya está, todos contentos.
En Andalucía entretanto, una colección de gañanes con carnet del PSOE (seguramente les tocó en una tómbola) ha empezado a desfilar ante el Parlamento regional, para explicar lo inexplicable en el llamado "caso de los ERES". Es esta una historia tan penosa como confusa, muy publicitada por los aparatos mediáticos al servicio del PP antes de las elecciones andaluzas, y que al parecer y según los indicios que vamos viendo ha quedado judicialmente en manos de personas de toda confianza de Rajoy y compañía, como era de esperar. Sea como sea, lo que más vergüenza ajena produce en este turbio asunto no son los delitos, gravísimos, de los que se acusa a los piernas imputados sino su profunda estulticia; ¿cómo es posible que semejantes indocumentados hayan podido ser nombrados en su día consejeros regionales (ministro), directores generales, gerentes de servicios públicos, etc? ¡si ni siquiera saben hablar en público, sino son capaces de hilar un discurso coherente! ¡Cómo pudo ponerse en manos de esos analfabestias la gestión de millones de euros, cuando es evidente que no saben hacer la "o" con un canuto! ¿Se acuerdan de Bibiana Aído? al lado de estos imputados parecería una catedrática de Lenguas Clásicas...
Tenemos, en fin, unas Administraciones públicas convertidas en cucañas por las que trepa lo peor de cada tribu. Resulta asombroso el nivel de inmoralidad al que hemos llegado. Esa es la verdadera crisis de España en estos momentos: su falta de crédito moral. Nadie confía en nosotros, y hacen bien.
La imagen que ilustra el post es una reproducción de "Abatimiento" (1905), obra del pintor catalán Isidre Nonell.