Revista Opinión

España tiene los impuestos del Imperio Galáctico, pero la seriedad fiscal de la Alianza Rebelde

Publicado el 14 diciembre 2012 por Vigilis @vigilis
El Gobierno amenaza con publicar la lista de los mayores defraudadores con Hacienda para «estimular la regularización voluntaria». Que «amenaza» y «voluntario» vayan en la misma frase es tan solo otra de las gracias de un gobierno que va a dejar a Supergaspi en el paro.

España tiene los impuestos del Imperio Galáctico, pero la seriedad fiscal de la Alianza Rebelde

Fue una noche muy loca de Calatrava y un par de concejales...

La cosa tiene su enjundia. Resulta que cuando Hacienda denuncia a alguien por impago y presenta a un señor lúgubre y con ojeras en el juzgado chivándose de quien no ha pagado, esos datos son públicos (salvo que el juez diga lo contrario). Según la Ley Tributaria, la información tributaria de una persona tiene caracter reservado, no hace falta explicar por qué. La iniciativa del Gobierno eliminaría la potestad del juez sobre el caracter reservado de la información fiscal de un demandado. Esto por una parte.
Por otra parte, la famosa lista de evasores fiscales con cuenta en el HSBC no se haría pública. Del mismo modo, no hace falta ser Einstein para intuir que otras listas de similar naturaleza tampoco se harán públicas (entre bomberos no nos pisemos las mangueras, etc.). La medida también tocaría a las personas jurídicas defraudadoras, en su mayoría, medianas empresas, que en gran parte son incapaces de articular la ingeniería financiera de las grandes empresas para aprovechar deducciones, bonificaciones, etc., para evitar pagar lo que les corresponde.

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Retrato oficial de Montoro en su despacho de Mordor. (Origen).

Es decir, la gran medida inquisitorial del gobierno de Gaspar Llamazares Mariano Rajoy deja fuera a coleguitas y parientes. Esto es España amigos, y tener contactos es lo que te salva de comerte un marrón.
El debate en la calle versará sobre la ética de conocer información sobre unos presuntos delincuentes. Se comparará con las listas públicas de pederastas y demás. Pero no se insistirá sobre la forma mezquina en que deja fuera a presuntos delincuentes que tienen todas las bazas para protegerse. No se hará la lectura de que esta medida es una arma política. Y si no es así y yo tan solo soy un desconfiado, ¿por qué no han empezado por decir los criterios en que se basarán para distinguir al «gran defraudador»? Ah, porque lo que se busca no es eso.

Aumentar la recaudación sin una caza de brujas
Si se quiere visibilizar el fraude y concienciar a la gente de pagar sus impuestos, el Gobierno lo tiene muy fácil. Por ejemplo, puede elevar la tributación de las Sicav. Hacer que las plusvalías de las Sicav tributen por el Impuesto de Sociedades normal, no aumentaría mucho la recaudación (las Sicav manejan un patrimonio total de 24.000 millones de euros, suponiendo una plusvalía media del 8%, 1.900 millones, al 30%, tributarían 580 millones, eso no da ni para pagar un aeropuerto sin aviones cualquiera), pero provocaría un efecto huida antes de su entrada en vigor por el que los Koplovitz, Cebrián, Manuel Jove, Botín y la infanta Pilar sacarían su pasta y se verían obligados a tributar. Si desaparecieran las Sicav con esta medida, Hacienda recaudaría de golpe unos 7.000 millones (como contrapartida, nadie invertiría en una Sicav española, y se irían de España 17.000 millones, qué le vamos a hacer: ya se han ido cientos de miles de millones (y Salgado y Montoro ni pío)).
El día en que a Montoro se le ocurra dejar de aplastar a los pepitos y ganarse su sueldo, podría cambiar la forma en que la gran empresa paga su Impuesto se Sociedades. Si el tipo real al que las grandes empresas pagan su IS se acercara una miajita al tipo nominal que aparece en los papeles, aumentaría ostensiblemente la recaudación. De los beneficios que obtienen las empresas, después de bonificaciones, deducciones, exenciones y ajustes de consolidación, declaran a Hacienda aproximadamente un 65%. ¿Qué quiere decir esto? Que las grandes empresas están tributando un IS real de media en los últimos años de un 10%. Oh, cielos: este país puede reducir a la mitad su Impuesto de Sociedades, reformar el sistema de bonificaciones y recaudar más por ese concepto (a los suizos no les va mal con un IS del 8,5%, España tiene cuatro veces más y no le sirve de mucho).

España tiene los impuestos del Imperio Galáctico, pero la seriedad fiscal de la Alianza Rebelde

Típicos grandes empresarios españoles.

Hay muchas otras formas de aumentar la recaudación sin perjudicar al 99% de la población. Véase por ejemplo el caso de las compañías eléctricas. El Gobierno, ya que quiere adelantar por la izquierda a Izquierda Unida, puede reunir en Casa Paco a los tres señores que controlan la electricidad en España (producción y venta) y decirles que se metan el déficit de tarifa por donde no les da el sol. Y que si se ponen chulos, les hace una ley por la que les trocea sus empresas en doce cachos. El precio de la luz es como la gasolina, afecta a toda la actividad económica, grandes y pequeños. Y ya que necesitamos generar actividad económica, dejemos de poner barreras. El negocio español de las compañías eléctricas genera 3.000 millones de beneficios en su peor año, el déficit de tarifa son unos 24.000 millones. Hagan cuentas. Y sí, si me preguntáis, la misma razón que doy para intervenir en el cártel eléctrico, me vale para pedir que bajen los impuestos a las gasolinas y de paso desregular ese sector.
El gran elefante en la sala de todo este tema es que el dinero de los beneficios empresariales está en un número ridículo de bolsillos. Sólo el 2% de las empresas españolas se pueden considerar grandes. Y de éstas, el 70% de la tributación corresponde a empresas del Ibex 35. Son cuatro y el de la moto y pagan «menos» de lo que les corresponde. Montoro, querer es poder. Ahí tienes tu puta lista.

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