Transcurridos los días y los encuentros finalmente llegó el momento más esperado de esta Eurocopa 2012 que se lleva a cabo en Polonia y Ucrania; el de la gran final. La misma se disputará este domingo en el estadio Olímpico de la ciudad de Kiev y en ella se enfrentarán, nada más ni nada menos, que España e Italia.
Visto y considerando lo que nos ha devuelto el certamen es evidente que el destino ha hecho bien en premiar con el encuentro decisivo a ambas selecciones, que diferenciándose en ciertos aspectos pero compartiendo el mismo gusto por el balón y fútbol ofensivo han demostrado ser las dos mejores de la competencia.
España, sin brillo pero con consistencia:
El combinado español asumió muy bien el peso que le supuso llegar al torneo como candidato principal al título y trazó un camino en el que aunque no exhibió el brillo esperado volvió a mostrarse fiel a la ideología que la llevó a la cuspide y se impuso dejando en evidencia la enorme jerarquía de sus futbolistas.
A lo largo de todo el torneo al equipo lo hizo fuerte su enorme consistencia, la cual le permitió sobrellevar su inesperada y a su vez muy visible falta de frescura y lucidez e hizo que pudiera desempeñarse con la seguridad de quien se sabe ganador aún estando bastante por debajo del nivel que se esperaba.
Dejando aun lado esta virtud y poniendo enfasis justamente en las falencias que al equipo le dificultaron su normal desenvolvimiento vale remarcar que el principal inconveniente ha sido la falta de profundidad, la cual quedó siempre en evidencia y solo pudo ser maquillada en lapsos puntuales de los encuentros ante Irlanda y Francia, en los que se vieron los mejores destellos.
Ya sea jugando con un centrodelantero de referencia o haciéndolo sin el, uno de los causantes del problema ha sido la falta de extremos puros en el once inicial, que le den amplitud y velocidad y a su vez hagan de la posesión del balón un recurso que además de servir para administrar el tramite y minimizar las virtudes del rival también lo haga para llevar peligro de forma más constante.
Lo señalado nos ha entregado una versión menos brillante y más resolutiva de España, que sin gestar ataques con la regularidad con la que lo hacia no hace mucho tiempo ejerce el control siendo un conjunto dominante desde la tenencia, que no permite que lo dañen y que aprovecha los instantes en los que halla la frescura deseada para terminar su trabajo.
Andrés Iniesta, el mejor as de espadas:
Direccionando el análisis hacia los nombres propios vale remarcar que el futbolista más destacado que ha presentado España ha sido Andrés Iniesta, quien disfrutando de una preponderancia absoluta en el juego se ha erigido en el arma de desequilibrio y ruptura principal del equipo.
Partiendo desde el sector izquierdo el centrocampista del Barcelona se ha desempeñado de forma extraordinaria en cada uno de los encuentros, siendo clave en la gestación tanto por su enorme capacidad para mantener consigo el balón y desequilibrar en el uno contra uno como por su inteligencia para elegir siempre la mejor opción y amplitud de recursos para materializar lo que imagina.
Del resto, lo mejor:
Focalizando la mirada en la defensa también es para destacar lo que hasta el momento han hecho tanto Sergio Ramos como Jordi Alba, quienes sin sufrir vaivenes en cuento a rendimiento han completado actuaciones que le han valido el rótulo de figuras en más de una ocasión.
El primero se ha constituido en un autentico seguro en la zaga, dando muestras de absoluta sobriedad y exhibiéndose muy firme en los mano a mano y en los cruces. Mientras que el segundo no ha hecho más que sorprender por las cualidades que ha exhibido tanto para marcar como para pasar al ataque, lo cual realiza de forma eléctrica y natural haciendo gala de su enorme despliegue.
En zona de centrocampistas lo mejor lo ha entregado Xabi Alonso, quien sintiendose comodo y actuando con libertad ha vuelto a demostrar su importancia en el equipo siendo fundamental tanto en faz defensiva, en la que contiene y equilibra, como ofensiva, en la que aporta apoyando y en ocasiones soltándose y llegando por sorpresa.
Ya en ataque lo remarcable además de lo ya mencionado de Iniesta ha sido lo de Cesc Fábregas, el falso nueve que abrió debates y que nuevamente ha dado muestras de su enorne valía moviéndose con la inteligencia de los dotados, asociandose con maestría y dando cuenta de su extraordinaria capacidad para construir y finalizar.
Italia, bella como nunca antes:
El combinado italiano superó los inconvenientes que tornaron conflictivos sus días previos a la competencia y rindiendo muy por encima de lo esperado se transformó en el gran equipo del torneo debido a la enorme transformación que le ha permititido convertirse en un once al que realmente da gusto ver.
Desde que en el banco que sienta Cesare Prandelli ha sido total el cambio de mentalidad del equipo, que olvidando viejas y a su vez exitosas formas se hizo amigo del balón e inició un camino en el que especula mucho menos y busca crecer confiando en la tenencia y siendo ofensivo.
Los mencionados son aspectos que unidos a ese gen competitivo tan característico que históricamente exhibieron los combinados nacionales azurros y que tantas batallas le permitió librar han hecho muy fuerte al conjunto, que aún presentando vaivenes que por otra parte son entendibles parece encontarse muy a gusto.
Dentro de lo que ha sido este cambio lo bueno es que el equipo ha conservado la solidez defensiva, con la diferencia de que ahora la misma no es utilizado como único metodo para obtener buenos resultados sino como uno de los componentes que vuelven completo al conjunto.
Andrea Pirlo, el eje sobre el que todo gira:
El que individualmente ha destacado por encima del resto ha sido sin lugar a dudas Andrea Pirlo, quien a sus 33 años ha dado cuenta del extraordinario momento por el que atraviesa haciendo gala de su sencilla y a su vez brillante forma de hacerlo todo y constituyendose en el gran estratega futbolistico del equipo.
El centrocampista de la Juventus recibe el balón de forma permanente y hace siempre lo que pide la jugada, eligiendo la mejor opción de pase, jugando en corto o en largo con la misma maestría y repartiendo asistencias al por mayor. Ejecutándolo todo con la clarividencia de un genio y la creatividad de un artista.
Del resto, lo mejor:
En lo que al aspecto defensivo respecta vale remarcar lo que hasta el momento han entregado Leonardo Bonucci y Andrea Barzagli, quienes conociéndose muy bien por jugar juntos en la Juventus se complementan de forma excepcional y conforman una zaga central sumamente segura y consistente por delante de Gianluigi Buffon.
En lo que es el mediocampo, sala de acciones de Pirlo, también ha sido destacada la labor de Daniele De Rossi, quien recuperó su habitual posición tras desempeñarse en defensa en los primeros dos encuentros y como en ocasiones anteriores ha vuelto a constituirse en una pieza fundamental tanto por su poder de combate como por su inteligencia.
En ofensiva, en tanto, lo bueno es que lo mejor lo han entregado tanto Antonio Cassano como Mario Balotelli, quienes le han dado forma a una dupla talentosa, explosiva y que los muestra a ambos congeniando muy bien.
El primero llegó al certamen tras recuperarse antes de lo imaginado de una operación de corazón y nuevamente ha demostrado ser un jugador mágico el tiempo que le resiste el físico, moviéndose magistralmente y dando cuenta de su innata habilidad. En tanto que el segundo, siempre díscolo, ha por fin explotado sus cualidades tecnicas y su temible poder rematador.
Kiev aguarda ansiosa a ambos contendientes. Se juega la final y además del título también estará en juego el cetro de mejor jugador y goleador del torneo. Se espera un encuentro maravilloso y repleto de matices.
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