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España y Holanda, ante una oportunidad histórica (Parte 2)

Publicado el 11 julio 2010 por Marianofusco

España y Holanda, ante una oportunidad histórica (Parte 2)

Considerando su reputación actual, puede aseverarse que la historia de Holanda en los Mundiales es bastante discreta. Ocho participaciones, sin embargo, le alcanzaron para protagonizar dos finales consecutivas.

Todo comenzó allá por 1934, en Italia. Cuatro años antes, Holanda había desistido de participar en el primer Mundial de la historia, como tantas otras selecciones europeas, debido a los costos que implicaba el viaje a Sudamérica.

Su único encuentro en aquel campeonato, del cual solo participaron 16 Selecciones, fue ante Suiza, que terminó eliminándolo al vencerlo por 3-2 con dos goles de  Kielholz y uno de Abegglen.

En 1938, Francia recibió a Holanda. No obstante, la suerte no cambió demasiado. Tras sortear con éxito la fase clasificatoria, igualando con Bélgica (1-1) y venciendo a Luxemburgo (4-0), el equipo cayó eliminado sin atenuantes ante la poderosa Checoslovaquia (3-0), en la coqueta ciudad de El Havre.

Aquella derrota, marcó el inicio de un larguísimo impas de 36 años de ausencia. Tras lo que fue la Segunda Guerra Mundial, Holanda decidió no participar en el Mundial de Brasil. Posteriormente, no logró clasificarse para los certámenes de 1954 y 1958, al que no acudió tras culminar segundo en el Grupo 5, por detrás de Austria.

Segundo, también culminó en la ronda clasificatoria para Chile ‘62, por detrás de Hungría (7 puntos) en la zona 4. Algo similar le ocurrió en la antesala al Mundial de 1966, obteniendo 6 unidades y siendo relegada por Suiza (9) e Irlanda del Norte (8).

Habían pasado los años y desde 1938 que Holanda no participaba de una Copa del Mundo.  Tampoco eran buenos los resultados a nivel europeo (el equipo no había podido clasificar a las primeras tres ediciones del por aquel entonces Campeonato de Naciones Europeas).

España y Holanda, ante una oportunidad histórica (Parte 2)

Una Selección menor. Eso era Holanda por aquellos años. No obstante, Rinus Michels se calzó el buzo de entrenador y todo cambió.

El DT apeló a la base del Ajax multicampeon al que el mismo había dirigido y le mostró al mundo su revolucionaria idea del “fútbol total”, llevada a cabo por un plantel de futbolistas excepcionales.

Dicho concepto, se centraba más en el movimiento que en la posición. Los teóricos atacantes tenían que asumir fuertes obligaciones defensivas y viceversa, y donde todos los futbolistas debían moverse sincronizadamente para llenar el espacio vacío, sin posición fija en el campo, pero manteniendo globalmente un posicionamiento racional.

Con este sistema, y sobre la base del 4-3-3 que le había llevado a la Copa de Europa como técnico del Ajax, Michels le dio vida a la “Naranja mecánica”, una selección que arribó a la gran final del Olímpico de Munich con la vitola de imbatible.

Dicho equipo era liderado por el gran Johan Cruyff, el mejor del Mundo por aquel entonces. Un mediapunta con insuperable control en carrera, técnica y capacidad de mando, que barría todo el frente de ataque.

A sus lados, dos extremos demoledores como Johnny Rep y Robert Rensenbrink, lanzados desde atrás por Neeskens y el cerebro del Feyenoord campeón de Europa, Willy Van Hanegem. Y atrás, los laterales Ruud Krol y Suurbier, que subían incansablemente, protegidos por Rijsbergen y Haan.

Tras ser primeros de grupo por delante de Suecia, ante el que cedieron su único empate, Bulgaria y Uruguay, pasaron al siguiente grupo. El sistema en la segunda había cambiado y en lugar de realizar enfrentamientos a eliminación directa entre los 8 equipos que avanzaban, los mismos eran divididos en 2 grupos de 4; los ganadores de cada grupo pasaban a la final, y los segundos, a disputar el partido por el tercer puesto.

Holanda comenzó venciendo por uno a cero a Alemania Oriental. En el segundo partido, los de Michels brindaron una maravillosa exhibición ante Argentina (4-0), con dos de Cruyff, para terminar venciendo en el partido decisivo a Brasil, campeón del mundo, con goles del propio Cruyff y Neeskens.

El favoritismo de los holandeses para la final era evidente. No obstante, todo terminaría de la manera menos pensada. Neeskens, de penal, adelantó a Holanda, sin embargo los tantos de Paul Breitner y Gerd Muller revirtieron el tanteador y la Copa quedó en casa. Final injusto, para una Selección que había hecho del fútbol un verdadero espectáculo.

España y Holanda, ante una oportunidad histórica (Parte 2)

La misma base, aunque sin Cruyff, disputó el Mundial de Argentina ’78, accediendo nuevamente a la gran final y ante el anfitrión. A dicha definición el equipo acudió como segundo de Grupo, tras vencer a Irán (3-0), empatar ante Perú (0-0) y perder frente a Escocia (3-2).

La victoria ante Austria (5-1) y la igualdad frente a Alemania Federal (2-2) en la segunda fase, lo llevaron a la mencionada  final, en la que cayeron en tiempo suplementario (3-1) luego de haber igualado 1-1 (Rensenbrink estrelló un remate en el poste en la ultima jugada) en los 90 reglamentarios.

Ausente en 1982 y 1986, la Selección holandesa campeona de Europa en el ’88 llegó con muchas expectativas al Mundial de Italia. Van Basten, Gullit, Koeman y Rijkaard, entre otros, conformaban un plantel que sin embargo terminaría defraudando.

Tras culminar tercero  en la fase de grupos, por detrás de Inglaterra e Irlanda, el equipo fue eliminado en octavos por Alemania (2-1), en un encuentro que se recuerda por el escupitajo de Rijkjaard a Rudi Völler.

Al Mundial de Estados Unidos, cuatro años más tarde, llegó un conjunto holandés conducido por Dick Advocaat y liderado dentro del campo por Dennis Bergkamp.

En primera ronda, la selección venció a Marruecos y Arabia Saudita y perdió con Bélgica. En octavos, quedó en el camino Irlanda (2-0), para llegar confiado a cuartos de final.

Brasil fue el rival en dicha instancia, de la cual el once holandés no pasaría luego de caer por 3-2 (Branco anotó el gol decisivo)  en un autentico partidazo. Uno de los mejores de aquel certamen.

Francia ’98 recibioal equipo dirigido por Guss Hiddink y que presentaba figuras tales como los Hnos. De Boer, Cocu, Overmans, Davis, Kluivert y el propio Bergkamp.

El equipo integró el grupo E, junto a Bélgica, México y Corea del Sur.
Clasificó primero con cinco puntos (por diferencia de gol), tras vencer a los asiáticos e igualar con los belgas y los mexicanos.

Después de ganarle a Yugoslavia (2-1) en octavos de final y a Argentina en cuartos (2-1), en un partido que se definió a dos minutos del final con un gol de Bergkamp, Holanda enfrentó otra vez a Brasil, aunque esta vez en semifinales.

Fue aquel, un encuentro dramático y altamente motivo, que acabó resolviéndose desde los doce pasos tras el empate con el que acabaron los 120 minutos. Taffarel fue el héroe y Holanda quedó a las puertas de su tercera final mundialista.

España y Holanda, ante una oportunidad histórica (Parte 2)

Parte de aquella gran selección (ya con Rudd Van Nistelrooy), dirigida por Rijkaard hasta después de la Euro 2000 y posteriormente por Louis Van Gaal, fue incapaz de clasificarse a la Copa del Mundo organizada por Japón y Corea, en 2002.

Un viejo conocido, como Dick Advocaat tomo nuevamente las riendas. No obstante, su periplo duraría menos de lo esperado. Tras lo que fue la caída ante Portugal (2-1) en la semifinales de la Eurocopa 2004, el experimentado entrenador fue sustituido por Van Basten.

El gran Marco llevó a su Selección al Mundial de Alemania 2006, al que acudió con un plantel sumamente competitivo. Del mismo podemos rescatar nombres como el de Heittinga, Mathijsen, Ooijer, Van Bommel, Robben, Kuyt, Van Persie, Sneijder y Robben, presentes en Sudáfrica.

No obstante y tras sortear sin mayores obstáculos la primera fase (victorias ante Serbia y Montenegro y Costa de Marfil e igualdad ante Argentina), el equipo fue eliminado por Portugal.

Dicho encuentro, disputado en Stuttgart, se recuerda por la intensidad con la que fue jugado y también por la gran cantidad de amonestados (16) y expulsados (4).

Hoy, el presente es otro. Sin la brillantes de otros años, el elenco conducido por Van Marwijk se encuentra ante una posibilidad histórica. España lo espera este Domingo, en el Soccer City. Escenario del cual dentro de muchos años, esperan acordarse con una sonrisa.

ñó


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