Tiene el cuello blando, como de ciego; vino al mundo de la empresa –y de los merengues- de píe. El país, el gobierno, los ministros y el BOE parece que están pensados a la medida de su gestión de galápago anfibio, para que nunca pierda y siempre gane en sus “emprendeduras”.
Así, tres debacles o ruinas de gestión y empresa: el cierre del almacén submarino Castor, la quiebra de la desaladora de Escombreras y el fracaso de la línea de AVE, Figueras-Perpingnan, que hubieran supuesto el hundimiento, cierre e inhabilitación como empresario a cualquier mortal que no tuviera un palco milagroso en un campo de futbol o aquelarre mafio-pepero, a él la han supuesto la indemnización de 1.500 millones del “estado” de su forofo del Marca y el merenguerío. Un tal Mariano.
A pronto pago y con pocos papeles justificativos. 900 kilos por mover con miles de micro terremotos toda la costa mediterránea, desde Tarragona a Alicante, 447 del ala por dejar sin agua potabilizada a toda la región de Murcia y 200 más por que el AVE franchute a Perpignan se quede en nada.
-¿Y ahora qué hacemos?
-Por lo pronto voy a poner al día mi cuenta bancaria.
-Lo que tú digas, presidente. ¡Hala “Madri”!
-Tú te haces el tonto y dices que sólo apoyas a la libre empresa.
Vivimos en un país hecho a medida de ciudadanos “ejemplares”, como Bárcenas, Rato, Blesa, Matas o Fabra. Emprendedores y tal. Que lo mismo le toca la lotería treinta veces seguidas que te sacan, sin moverse del palco, una indemnización de infarto por “soportar” una huelga de recogida de basuras, mientras “el equipo”, podrido de billetes y estrellas, gana dos Ligas en diez años.
Esta casta es una fiesta, que se hacen “diputados” para tocarse los huevos o para forrarse (Zaplana dixit) y que llevan a la rojigualda en la muñeca y a un general gallego en las neuronas.
En realidad son unos “románticos” de la política. Siempre nos están salvando de algo. Ahora nos han “salvado” de la crisis. ¡Si no llega a ser por ellos y su capacidad de gestión estamos comiendo mierda!
-Mira usted, extremista, con el populismo no se hacen negocios.
-Sí, Corleone. Hay que ser serio, responsable y lamerle el culo a Ángela.
-¡Todo un programa de gobierno!
-Nos apoyan todos los “idiotas” que en nuestra historia han sido.
-Si, por eso cenan juntos.
Ah, y a mí de mayor me gustaría llamarme “Florentino”
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