Casi en el centro de la cara visible de la Luna tenemos una zona con nombres de cráteres dedicados a personalidades nacidas en España en la Edad Media, una época oscura en casi toda Europa en la que aportamos luz y conocimiento.
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Alphonsus es en honor de Alfonso X el Sabio, nacido en Toledo en 1221. Un rey adelantado a su época y amante de la cultura, la ciencia y la astronomía. Patrocinó y supervisó la Escuela de Traductores de Toledo donde intelectuales latinos, hebreos y musulmanes tradujeron y aunaron todo el saber de aquella época.
El cráter Alphonsus es notable con 120 km de diámetro y 2,7 km de profundidad. Lo más destacado de su interior es el pico central de 1,5 km de altura y el suelo fracturado por grietas. Pero lo más característico es sin duda los tres pequeños cratercillos que tienen un halo oscuro. ¿Los veis? Algunos investigadores piensan que tienen un origen volcánico, mientras otros sostienen que se formaron por impactos que sacaron a la luz material más oscuro y profundo que rodearon al cráter que se formó.
Arzachel o Azarquiel. Nacido también en Toledo en 1029, astrónomo y geógrafo de Al-Ándalus. Su obra ha llegado a nuestros días gracias a las traducciones que se hicieron en la Escuela de Traductores de Alfonso X.
Como cráter, Arzachel es magnífico. Tiene 96 km de diámetro y 3,6 km de profundidad. Podemos ver las paredes aterrazadas que bajan en rampas hacia el fondo del cráter. El macizo central es imponente, con 1,5 km de diámetro y descentrado, no ocupa el centro del suelo. Destaca la Rima Arzachel en su interior, es esa grieta que alcanza los 50 km de longitud.
Alpetragio fue un cosmólogo andalusí nacido en 1185 seguramente en el valle de los Pedroches (Córdoba), aunque algunos historiadores lo sitúan como sevillano o incluso en el actual Marruecos. También su obra se tradujo en la Escuela de Traductores e influyó de manera decisiva en Copérnico para crear el modelo celeste que al final fue el acertado.
Alpetragio es un cráter curioso, no demasiado grande con solo 40 km de diámetro. Pero alberga un descomunal pico central de 2 km de altura totalmente desproporcionado que ocupa casi un tercio del fondo del cráter. Parece demostrado que este pico se ha engrosado por posteriores erupciones volcánicas. En la imagen aparece casi en sombras debido a la profundidad del fondo de casi 4 km.
Muchos otros personajes dan nombre a cráteres notables en la imagen como Hipparco, Ptolomeo o Albategnius. Recorrer la Luna nos enseña geología e historia, ligada a los nombres de sus principales accidentes. Pero lo más importante es el viaje que hacemos con la imaginación recorriendo valles y ríos, montañas y mares hasta alcanzar nuestro destino en la superficie lunar.
Adjunto el mapa de Rükl para identificar los principales accidentes.