Espanyol encontró su premio sobre el final

En septiembre de 2011, Barcelona derrotaba a la humilde Real Sociedad por 2-0. Sin embargo, por no concretar la victoria el conjunto de San Sebastián encontró el ansiado empate. Una situación similar ocurrió hoy en el estadio Cornellá-El Prat, donde Espanyol arrinconó a los hombres de Josep Guardiola durante buenos pasajes de un excelente partido aun cuando caía por la mínima diferencia, y consiguió la igualdad en un tanto a falta de pocos minutos para el final.

El Barca intentó imponer su ya reconocido estilo, aquel que le permitió ser considerado por muchos como el mejor equipo de la historia, pero la presión de la escuadra local impidió esto. Unos de los principales responsables de la buena actuación de los dueños de casa fueron Joan Verdú y Sergio. En tanto, los barcelonistas encontraron su mejor funcionamiento cuando la pelota pasó por los pies de Andrés Iniesta, Dani Alves y Cesc Fábregas. Justamente, la apertura del marcador llegó por intermedio del ex mediocampista del Arsenal inglés, quien con un extraordinario cabezazo venció la valla de Cristian Álvarez.

En la mayoría de los casos, aquellos elencos que sufren un gol de Barcelona se desmoronan de forma inmediata. No obstante, dicho fenómeno no sucedió en los jugadores de Espanyol, quienes con audacia y tesón aprovecharon los sorpresivos errores que cometió la línea defensiva adversaria. Sin duda, uno de los cimientos de la intensidad del compromiso correspondió con la permanente presión de la escuadra españolista, que a pesar de no poseer tanto tiempo el balón generó muchas situaciones de peligro de gol.

El FCB padeció la mala jornada de tres de sus piezas fundamentales: Lionel Messi, Xavi Hernández y Alexis Sánchez. Guardiola reemplazó al delantero chileno por Pedro Rodríguez con el objetivo de liquidar el cotejo, pero la férrea defensa perica evitó cualquier clase de susto para Álvarez, quien posteriormente fue sustituido por Kiko Casilla por una lesión. Asimismo, Espanyol continuó acorralando a su contrincante y distirbuyó el esférico de manera inteligente y criteriosa. Eventualmente su recompensa arribaría gracias a un testazo del ingresado Álvaro, desatando la alegría de los hinchas. La igualdad motivó al campeón mundial de clubes, que pudo volver a adelantarse en el epílogo pero el palo y un toque con la mano de Raúl Rodríguez aguó su fiesta.

Barcelona, que ahora se coloca a cinco puntos de distancia del líder, Real Madrid, y Espanyol se erigieron como protagonistas de un gran encuentro de fútbol. Esta nueva edición del clásico de Catalunya seguramente habrá satisfacido los ojos de un gran número de amantes de este deporte.