Para celebrar esta semana llena de amor, os presento dos bodas. En concreto, la de mi madre y la mía. ¿Qué puede haber más vintage en una boda que heredar un vestido con 38 años? Y si además el vestido está cargado de emotividad, pues mejor.
Como podéis apreciar en las fotos, hicimos unas pequeñas variaciones. La diferencia de una boda a otra, además de los años que las separan, es también un cambio en la climatología, por lo que tuvimos que hacer unos cambios en el vestido para que fuese algo más "veraniego" cuando lo utilicé yo. Las mangas pasan de ser larga a estilo francés y el pecho del vestido pierde una capa de forro para potenciar la transparencia.
Finalmente, el tocado es también diferente. El mío fue elaborado por una de nuestras diseñadoras preferidas; Susana Pérez de "Los complementos de Susanita". Es de ganchillo, con cristales Swarovski y camafeo en la parte trasera. Fue todo un éxito.
¿Qué os parece la herencia vintage?
Besos y Feliz semana.