Revista Cine

Espejo, espejito...

Publicado el 20 septiembre 2013 por Alfredo Eduardo López Liñares @BackInMadrid
Espejo, espejito...
Dime.. ¿qué es lo que vi reflejado hoy cuando me dispuse a mirarme en mi espejo de mano, así como al paso, junto a la ventana plena de sol?
Hoy me miré, pero no como todos los días, hoy observé mi imagen reflejada, mis ojos, mis poros, mi piel.. Hoy me vi, traté de reconocerme y por momentos me costó hacerlo.
Hoy pude ver mi rostro con otra mirada.
La verdad es que no soy de las mujeres que se cuidan demasiado el rostro, simplemente me pongo crema humectante diariamente. Ese es mi único cuidado. Me maquillo muy poco, solo en determinadas situaciones. Me gusta el rostro natural.
Cuando le pregunté a mi espejo qué era lo que veía,  me respondió: "El tiempo vivido, la vida".. Y fue como si yo misma reflejada me convirtiera en una película, como si la imagen de mi rostro se transformara en cada instante vivido.
Vi mi rostro de niña que jugaba a hacer muecas frente al espejo. Una niña que sentada en una banqueta observaba a su madre cortarle el cabello sintiendo cada caricia de sus manos.
Vi una “mujercita” adolescente que buscaba su mejor perfil, que acomodaba sus rizos para que lucieran impecables, que besaba el espejo para saber cómo se vería el día que  llegara el momento tan esperado..
Vi una “seño” con su delantal, que se observaba feliz de sentir que ese sería el delator de tan bella profesión cuando anduviera por el mundo. Cada persona que me mirase lo sabría..
Seguí mirando muy atenta, esta era mi película, mi historia a través de un espejo… de mi espejo.
Ahora le tocaba el turno a la mujer.. la que había dejado atrás la adolescencia, la que había crecido, la que se maquillaba más sutilmente, y vestía un poco “aseñorada”. Igual su rostro aniñado contrastaba y evidenciaba que aún tenía abundante juventud.
Esta historia reflejada pasaba muy de prisa, creo que transcurrió casi en segundos, pero fue tan intensa..
De pronto no era solo mi rostro redondeado lo que veía en el espejo de mi vida, estaba también mi panza. Veía a una mujer absolutamente feliz de llevar en su vientre a su hijo.. Era la imagen más bella que jamás había visto de mi misma. La veía perfecta y eso que siempre me encontré más que un defectito. Pero ahora no había ninguno, todo era como esperaba verlo, bello, muy bello.
Esta imagen se volvió a repetir, no entendí muy bien, pero esta vez mi  panza era más grande y a mi lado asomaba una  cabecita que besaba tiernamente mi vientre..
Uff.. ya era demasiado, no sé qué más podía seguir después de todo esto, casi dejo el espejo y sigo con lo que estaba haciendo antes de sentarme en esta butaca.
Pero no podía abandonar a esta altura, aunque me dio un poco de temor seguir hasta el final decidí enfrentarlo y continuar.
Claro, ahora entiendo, la imagen siguiente era la peor versión que había visto de mí misma, la que nunca hubiera querido ver,  la que cada vez que me miraba imaginaba que era de otra persona. Mis ojos estaban tristes, mi rostro muy delgado, una lágrima corría por mi mejilla.. Pero sonreía, igual sonreía..
Sabía que esa no sería la última imagen, había más, mucho más.
Fue como si esa misma imagen se fuera transformando de a poquito, los gestos comenzaron a cambiar.. ¿Sería ese mi espejo?.. ¿Sería esa mi imagen realmente? Si.. era mi espejo, y era yo la que iba cambiando inexplicablemente.
No sé cómo sucedió, pero ahora veía una mujer plena, feliz, sonriente y hasta un poquito maquillada. Alegre, graciosa e inquieta… Y sobre todo muy fuerte, no sé como eso podía verse en el espejo, pero les aseguro que era fuerte, cualquiera lo hubiera notado.
Ya estaban por prender las luces de la sala, la película estaba llegando a su fin.. Sentí curiosidad e intriga de lo que vendría en el desenlace de esta historia..
Fue una gran sorpresa volver a verme sin un solo defecto, la redondez volvía a apoderarse de mi, solo sé que sentí felicidad cuando volví a verme tan perfecta, con tanto resplandor..
Ahora dos cabecitas (no tan pequeñas) acariciaban dulcemente mi vientre. Era el reflejo ideal, casi sagrado.
Repentinamente apareció en mi espejo una mujer algo cambiada.. Ya no tenía un rostro juvenil, ni la mirada de alguien que tiene todo por vivir.. Había muchas historias detrás de esa imagen. Era una mujer con marcas, con vida vivida, con risas y lágrimas. Esa imagen no podía volver atrás, solo podía hacerlo en mi recuerdo, un bello reflejo de mi vida.
Todos de alguna manera observamos la imagen que nos devuelve un espejo, porque aunque si bien sabemos que lo esencial es invisible a los ojos, nuestro rostro, nuestro cuerpo también son en parte el reflejo de lo que somos y de lo que fuimos..
Me gustó esta peli, ojalá algún día pueda escribir la segunda parte. Espejo, espejito...
Espejo, espejito...


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