No podía irme a la cama sin dedicarle unas palabras a la esperanza y brindar por ella, cómo no.
Por las ilusiones venideras y las segundas partes que nunca fueron buenas, pero -habrá- que -conformarse.
Por los colorín colorado, y pongámonos en la cola del paro. (Lo sé, alma de poeta, qué te voy a contar yo ya…)
Porque aún tenemos fuerzas para reírnos e indignarnos a partes iguales, porque seguimos poniéndonos más viejos y menos en forma, con más ganas de enfadarnos y menos de reconciliarnos.
Por esa pequeña cosa que se llama ilusión, conciencia, gusanillo… alma.
Por volver a escuchar esta maravillosa canción y disfrutarla como el primer día.
Porque aún seguimos vivos -los días que sean- y sigues a mi lado…
