Esperanzas y marihuana

Todos hemos oído hablar de las propiedades que la marihuana (en este caso llamada marihuana medicinal) tiene en el tratamiento contra los síntomas de algunas enfermedades.

Por más escépticos que seamos, la imagen del ataque de risa con la marihuana, sólo fumada por adolescentes o aficionados al reggae está trasnochada. Ahora el cannabis en todas sus formas –desde las semillas de marihuana hasta las pastillas de cannabis- está en las ferias, en las consultas, en los parlamentos de diferentes países que intentan buscar una alternativa a un tema tan polémico y quizás por eso inagotable.

El último estudio que ha realizado en este sentido la Universidad de Harvard afirma que el THC (uno de los ingredientes activos de la marihuana) reduce el tamaño de los tumores de ratones inoculados con cáncer de pulmón humano en un cincuenta por ciento. Además también se observó una reducción en los marcadores de proteínas que causan la progresión del cáncer.

El THC también es muy efectivo en la estimulación del apetito, algo que podría ser usado como complemento en muchos tratamientos, como por ejemplo el de la quimioterapia. Además se ha demostrado que el cannabis no sólo puede reducir el tamaño de los tumores, sino que además es efectivo en la mitigación del dolor y la lucha contra algunos síntomas asociados al cáncer como las nauseas.

Una vez más, la polémica está servida. Algunos de estos estudios son realizados o recibidos en países con una legislación que permite el uso de la marihuana con fines medicinales, e incluso la regula. En cambio, muchos otros países todavía están persiguiendo la marihuana según la consideración de sustancia ilegal, metiéndola en el mismo saco que a la cocaína o la MDMA.

Claramente, este es un asunto planetario pero tratado de manera absolutamente dispar, lo que da lugar a grandes paradojas y situaciones absurdas. En los EEUU, mientras un estado persigue a los fumadores que se autoabastecen (es decir, que no trafican), el estado vecino está investigando nuevas vías y suministrando con receta cannabis a sus enfermos. Y así, en casi todo el mundo.

Autor:  De La Barca
Curioso de la vida