No hay nada más socorrido que tener una masa de hojaldre fresca en el frigorífico. Si la tienes, ten por seguro que puedes preparar un entrante sin mucha dificultad para abrir el apetito, para la merienda o para acompañar una copa de vino antes de cenar cuando llegas a casa.
La variedad de espirales de hojaldre radica en el gusto del consumidor. Las que te traigo hoy están espectaculares, pero puedes hacer tus propias combinaciones y conseguir los mismos resultados: jamón dulce con queso, jamón serrano, espinacas con queso de cabra… De todas ellas, mis favoritas son éstas, las espirales de sobrasada con miel y queso de cabra.
Para hacerlas, invertirás escasos 5 minutos en tenerlas listas y un ratito más de horno. La casa se embriaga de un olor espectacular. Pruébalas y ya me contarás.
Ingredientes
- 1 lámina de hojaldre fresca
- 75 g. de queso de cabra
- 3 cucharadas de queso mascarpone
- 75 gramos de sobrasada de untar de buena calidad
- 2 cucharadas de miel (esto va al gusto del consumidor)
Estira la masa fresca. A mi me gusta ponerle algo de harina para evitar que esté muy pegajosa.
Mezcla el queso de cabra desmenuzado con el queso mascarpone hasta que estén totalmente integrados y obtengas una pasta fácil de extender. Si ves que no queda muy “untable” puedes añadir un par de cucharadas de nata fresca para conseguirlo.
Extiende con cuidado una fina capa de la mezcla de quesos sobre la masa.
Sobre la mezcla de queso, pon la sobrasada del mismo modo. No debe de ser totalmente uniforme, si lo es mejor, pero no te obsesiones con lograrlo porque al hacer el rollo se mezclará en su interior. Sobre la sobrasada, ve dejando caer gotas de miel aleatoriamente.
Enrolla la masa de hojaldre de un extremo a otro. Corta en 12 partes iguales con sun cuchillo afilado. Coloca sobre papel de hornear en la bandeja de horno cuatro filas de 3 porciones separadas, crecerán de tamaño con el calor del horno.
Hornea a 170º durante 10 minutos, luego baja a 130º durante otros 10-15 minutos más.
La sobrasada suelta su jugo cuando se calienta. Al sacarlo del horno, deja que se enfríen y emplata para su degustación.
Si te apetece, puedes añadir un toque de miel extra sobre cada porción o ponerlo en la mesa y que se lo añada al comensal que le apetezca.
Espero que te guste esta rápida solución a la llegada de visita sorpresa a casa.
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