Lima no es precisamente una ciudad que cultive en su grado más puro el idioma español. Aún así, entre las innumerables innovaciones gramaticales y ortográficas que caracterizan nuestro cotidiano hablar, sobresale una frase por su frecuentísimo uso y -principalmente- por la cantidad de violaciones académicas que en sólo dos palabras comete. Me refiero al popularísimo "Esquina bajan", tan escuchado y usado por los habituales y sufridos usuarios de nuestro transporte público.La frasecilla de marras, decíamos, contiene las siguientes transgresiones:
- Falta de concordancia verbal de número: Al ser (casi siempre) un solo individuo el que la profiere, correspondería la forma singular del verbo bajar, y no el plural.
- Falta de concordancia verbal de persona: Refiriéndose a sí mismo, cabría conjugar el verbo bajar en primera persona, y no en tercera.
- Inversión del orden: Al mencionar el complemento del predicado (en la esquina) antes del verbo (bajar).
- Ausencia de artículos.