La verdad es que Pedro Sánchez ha sorprendido bastante con los componentes del Consejo de Ministras/os (habrá que usar más el género femenino, ya que es éste el elemento humano predominante).
No hay que negar al “aterrizado” (por aquello de la moción de censura) presidente, su perspicacia cada vez que se enfrenta a un reto complicado, y a fe que en esta ocasión lo era.
Héte aquí que el ínclito Sánchez ha escogido (parece que lo hubiera hecho “con pinzas”) los miembros
(perdón, “miembras/os”) de su ejecutivo con especial significación, y ha nombrado a políticas/os expertas/os en su mayoría, adobando el conjunto con designaciones llamativas, como la del astronauta Pedro Duque, o la del presentador/periodisto (aquí hay que usar el masculino) Máxim Huerta.
Sea como fuere, el aspecto que ofrece el conjunto del Consejo es sugestivo, porque hace suponer capacitación, experiencia, prestigio y posible buena gestión. Que así sea por el bien de todos nosotros.
El problema está en que con ese “calzado” casi de lujo, el presidente ha de caminar lo que resta de legislatura (Sánchez no disolverá antes el Parlamento, ahora que se ha subido al poder) por el proceloso mar de las minorías, o mayorías antinatura del arco parlamentario.
Ya veremos cómo se comportan los cínicos y aviesos independentistas catalanes cuando Josep Borrell les vaya desmontando su “publicidad” internacional de las embajadas fantasmas de la Generalitat; o cuando
el propio gobierno anule una vez más las espúreas leyes separatistas que ya neutralizó el Tribunal Constitucional; o cuando el Ministerio del Interior limite el omnímodo poder pro independentista de los Mossos d’Esquadra; o cuando el Ministerio de Hacienda atornille las prebendas del gobierno vasco, restringiendo los escandalosos privilegios que le concedió el enfermizo ejecutivo de Rajoy. Sin olvidar que algo deberá hacer el ejecutivo respecto de la tendenciosa publicidad separatista de TV3.
“Et sic de caeteris”
Se dice en los ambientes militares que el valor se supone en los integrantes de las fuerzas armadas, y parafraseándolo para este ejecutivo recién estrenado, valdría la pena decir que “valor se le desea”, porque es urgente que retorne a la vida democrática el buen hacer de los gestores políticos y se arrume de una vez las corrupciones, las ansias de revancha, y todo lo demás inadmisible que venimos sufriendo.
Pero, aun a riesgo de ser tachado de agorero, mucho me temo que si el gobierno nombrado tiene un alto
significado de imagen, se adentre en el proceloso mar de las modernidades a lo falso progresista, mal aplicando la legislación de la memoria histórica, oinstaurando sistemas improcedentes, y, en fin, buscando más el efecto propagandístico que la eficacia constructiva.
En cualquier caso, reconozco que Pedro Sánchez ha logrado sorprender bastante a los medios políticos y de opinión con un equipo de aspectos valiosos y de prestigio. ¿Estará regenerándose?
Y deseo que pase de ser el ambicioso con pocos escrúpulos que ha circulado hasta ahora, a convertirse en un buen conductor de ese Consejo de
gobierno, en el que es de esperar que el mayoritario toque femenino introduzca finura y prudencia mayores que las que hasta ahora nos han envuelto.
Ojalá no hayamos de rememorar la sentencia popular de que ahora son “los mismos perros con diferentes collares”
"Debe ser muy grande el placer que proporciona el gobernar, puesto que son tantos los que aspiran a hacerlo" Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA