Revista Opinión

Esta película acabará mal

Publicado el 20 mayo 2010 por Javierm

A estas horas de la tarde, y sin noticias del tijeretazo definitivo, han sucedido dos cosas con respecto a ayer que merece la pena destacar:

Una reunión de la mesa de la Función Pública que ha sido un esperpento, a juicio de los sindicatos. Con una Secretaria de Estado remitiendo a los sindicatos a “que escuchen la radio esta tarde” para conocer los detalles del tijeretazo.

Sin duda alguna una burla que además, demuestra, que el gobierno empieza a comportarse como una banda a la desbandada, donde la falta de coordinación ya no es que sea preocupante, sino que da vergüenza ajena, y donde las medidas están tan improvisadas que ya nadie se atreve a decir una co para que resulte,. diez minutos más tarde, una O.

Ya no se trata de un problema de comunicación con los ciudadanos, como muchas veces se le ha achacado a este gobierno. No. Es mucho más serio: es que no hay política que comunicar, y así, sólo un milagro puede salvar las cajas. Sin duda alguna, la visita de ZP al Papa del próximo mes hay que enmarcarla en este deseo.

Y la segunda tiene que ver mucho con la primera: un anuncio improvisado, desconocido por miembros del gobierno, descoordinado y atropellado, de implantación de un impuesto a las rentas “más altas“, como le han pedido al Presidente el ala más progresista del PSOE y los sindicatos.

El problema es que estas medidas ya suenan a chiste de Gila, a irracionalidad económica, a excusa, a vamos a salir del paso y “aplacar rojos” como dicen en un tag hoy en Twitter. A una improvisación alarmante. A una falta de ganas para cambiar lo que haga falta y poner las bases para una reforma fiscal progresista que asusta. ¿De que sirve que le implanten un impuesto a los ricos si mantienen el tijeretazo en todos sus términos?. Oiga. Que se trata de lo contrario. Que paguen los ricos pero que no sufran los que menos tienen. Pues no. Si quieres arroz, dos tazas.

Y una pregunta con apuesta: el famoso Plan E que ha dejado las rotondas y aceras más bonicas de Europa, creó, según sus cuentas, cerca de 400.000 puestos de trabajo. Fueron 8 mil millones de inversión pública. Hoy se anuncia un recorte en la inversión en obra pública de 6.400 millones de euros. Hagan cuentas de la cantidad de empleo que se dejará de crear o que definitivamente se va a perder utilizando los mismos parámetros con los que justificaban aquel Plan.

Eso si: Si llegamos a 5 millones de parados pondrán el listón en 6, pero no se irán ninguno. ¿Se apuestan?

Que tristeza.

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