Si hay un lugar de Madrid en el que he pasado mucho tiempo y por el que he pasado muchas veces ese es la estación de Atocha.
Una de las construcciones que más me gusta mirar. Me entusiasma su cristalera.
Aún recuerdo cuando siendo muy pequeña pasé por allí en el autobús 86 con mi padre y me quedé mirando las obras mientras él me contaba que estaban remodelando la antigua estación del mediodia. (Obras que llevó a cabo Rafael Moneo entre 1985 y 1996)
Más tarde, usaba el cercanías para ir al centro desde Villaverde. Solo doce minutos y nos plantabamos en el Retiro o haciamos transbordo para coger la línea 1 a Sol, gracias a la nueva y por cierto fea estación esto ya no es necesario.
A la vuelta me gustaba pasar por la puerta del invernadero y mirar el panel con los trayectos nacionales para hacer siempre la misma gracieta "¿y si nos vamos en el primer tren que salga vaya donde vaya?" ¡Algún día lo cumpliré!
"Gracias" a la media hora que tardaba el tren de Atocha a Alcalá cuando iba a la universidad me aficioné a la lectura.
El peor recuerdo lo tengo del día 12 de marzo de 2004. Como todos los días, excepto el anterior, cogí el tren en Villaverde Alto hacia Embajadores rumbo a mi beca. Ese día todos ibamos muy callados, muy tristes, acongojados, con la mirada perdida. Ese día había asientos de sobra, ya que muchos, aún con el miedo en el cuerpo optaron por el autobús.
Al llegar a Atocha vimos como una grua movía uno de los vagones agujereados del día anterior, fue una imagen horrible y la vuelta a la realidad de lo que aún seguiamos sin querer creer.
Pero también tengo uno de los mejores recuerdos de mi vida. Aquel día de 2005 que convencí a mis abuelos con más de ochenta años para que se vinieran desde la Mancha a los madriles a darle una sorpresa a su hija.
La velocidad del ave les daba un poco de miedo, los chicos "sarasas" de al lado les hacían sonrojarse y las escaleras mecánicas casi les hacen caerse.
Quedaron sorprendidos con la estación: tan grande, tanto tren, con tanta gente... y a mi me encantaron sus expresiones de asombro. Os echamos de menos.
Y ahora que ya se me han acabado las vacaciones.... como dice Sabina "yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid."
El proyecto de esta estación de estilo decimonónico es de Alberto de Palacio, arquitecto e ingeniero.Fue llevado a cabo entre 1888 y 1892.