Lo de la Covid-19 parece que no va a terminar nunca. No habían empezado las reuniones familiares que traen los días de Navidad y fin de año, y los datos ya estaban mostrando una subida de las tasas de casos en toda la Unión Europea, especialmente en personas de 65 años o más.
En España, las hospitalizaciones por Covid-19 han crecido en las últimas semanas a los 1,8 casos por 100.000 habitantes (poco antes la tasa era de 0,8 casos).
Hace unos días, ya en plenas navidades, las Urgencias de los principales hospitales públicos de la Comunidad de Madrid han llegado a saturarse. Hay una escalada de casos de gripe y de Covid a las puertas de Nochevieja.
Y por otra parte, ahora se han conocido, más de dos años y medio después, los resultados del informe sobre la gestión de la pandemia. Es el tiempo que ha pasado desde que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud acordara que un grupo de expertos independientes auditara la gestión que las administraciones habían hecho de la Covid-19.
Las administraciones no se coordinaron bien para estar informadas y actuar en conjunto. Loa ministra de Sanidad, Mónica García, viene a explicar que se ha aprendido de los errores para «fortalacer los efectivos en salud pública y los mecanismos de vigilancia”.
Foto: Cottombro Studio.Una de las cosas que llama la atención del informe es que dice que
se produjeron algunos errores de comunicación muy llamativos. Hubo, además, cierta infodemia e intoxicación informativa, principalmente en medios relativamente minoritarios y redes sociales».
Para mí que fueron muchos medios minoritarios y algunos líderes de opinión en redes sociales los que (cuando no fueron censurados por esas mismas redes mayoritarias) ofrecieron una visión más crítica con lo que estaba ocurriendo.
Los grandes medios, salvo honrosas excepciones, se plegaron a la versión oficial. Y lejos de llamar a la calma, infundieron miedo en la población.
Y sí, la polarización social no ayudó. En un apartado de actuaciones ideales llegado el momento de afrontar una nueva pandemia, se comenta que debe ponerse en marcha la estrategia de comunicación a la ciudadanía, cuyas líneas generales deben estar previamente diseñadas.
«Es prudente evitar en lo posible la discrepancia frontal en público de quienes lideren la lucha contra la pandemia, y no se deben usar las medidas de salud pública como abono para la contienda política descarnada».
Sobre las vacunas, este trabajo indica: «La posible vacuna frente a una nueva pandemia debería fabricarse de forma rápida». Y será por rapidez, el problema es que la excesiva rapidez hace que no esté comprobada bien su eficacia y seguridad, y esto provoque daños, como ha ocurrido.
Este es un argumento adicional para poner el foco en la prevención de la próxima pandemia y no solo en su control. Esta frase no es mía que lo es del informe, pero estoy de acuerdo.