Revista Arte

Estampas del Palmar, una pedanía valenciana a finales del siglo XIX

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

Estampas del Palmar, una pedanía valenciana a finales del siglo XIX

Con razón Cañas y barro ha pasado a la historia de la literatura como la mejor novela de Vicente Blasco Ibáñez.

Escrita en 1902, el autor nos traslada a finales del s. XIX, a , una pequeña pedanía a orillas de la Albufera valenciana. De ambientación magistral, la lectura constituye un auténtico viaje en el tiempo y en el espacio.

Estampas del Palmar, una pedanía valenciana a finales del siglo XIX

Maestro indiscutible del naturalismo español, Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton, Francia, 1928) consigue un vivo retrato de la vida y las costumbres de las humildes gentes de El Palmar, vivo y auténtico hasta tal punto, que el lector se ve inmerso en el lugar, participando de los acontecimientos. La pluma se convierte en pincel, la palabra infunde alma al personaje, y es tal la profundidad, son tantos los matices, que hasta creemos percibir sus rasgos físicos sin que el autor los describa directamente.

Como corresponde al programa del naturalismo literario, la novela pone en su foco de atención los aspectos desagradables y abyectos de la vida y las bajezas de la naturaleza humana. Reaccionando a las sublimaciones del idealismo romántico, reivindica temas antes vedados a la literatura: la miseria, la muerte, las bajas pasiones, el alcoholismo, el asesinato. Todo ello forma parte de la historia que el autor valenciano nos narra. Con esta intención El Palmar proporciona a Blasco Ibáñez el marco ideal donde encuadrar la narración.

Centrada en tres generaciones de la saga familiar de los Paloma -el abuelo Paloma, el tío Tono y el hijo de este, Tonet-, Blasco nos sumerge en un ambiente oscuro y cenagoso, poblado de animales premonitorios de fatalidad, en el que el paisaje -agua, cañas y barro - condiciona de modo absoluto a sus habitantes. Las limitaciones del entorno ofrecen a los vecinos escasas posibilidades de supervivencia: la pesca de anguilas, el arroz y alguna caza. El escenario proporciona al autor algunas de las características más importantes de la corriente naturalista: el determinismo y el darwinismo social.

En torno a los Paloma se despliega una amplia gama de personajes bien diferenciados e individualizados: el vagabundo y alcohólico Sangonera, la Borda, Cañamel, la Samaruca, Neleta y el vicario Don Miguel, así como otros, tratados como colectivo: los cazadores de Valencia o la Guardia Civil. Como corresponde a un verdadero maestro, Blasco Ibáñez no hace suyos los principios programáticos naturalistas de un modo maniqueo, burdo y servil: trata el tema de la herencia biológica -otra particularidad del naturalismo- de modo sutil y diferenciado; así al abuelo Paloma y a Tono (padre e hijo) les enfrenta su carácter, y Tonet, aventurero, holgazán y vividor, rompe con la tradición familiar de incansables y honrados trabajadores.

La objetividad, reclamada también por el naturalismo como método científico de escritura, se refleja en la distancia que adopta el narrador respecto a sus personajes. Escrita en tercera persona, la mirada del autor se asemeja a la del cronista que levanta acta de los acontecimientos, se manifiesta ecuánime, registra las luces y las sombras de sus criaturas, todo lo recoge para no faltar a la verdad. Por la misma razón, en aras de la autenticidad, el texto incluye palabras y expresiones valencianas de la zona.

Como otras novelas del autor, Cañas y barro fue llevada al cine en 1954, dirigida por Juan de Orduña, y a la televisión en 1978, de la mano de Rafael Romero Marchent.

Vicente Blasco Ibáñez

Cañas y barro

Plaza Janés, 1977, 253 pp.

Una buena novela naturalista

Última actualización de los productos de Amazon en este artículo el 2021-06-27 / Los precios y la disponibilidad pueden ser distintos a los publicados.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas