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Estar

Publicado el 18 diciembre 2023 por Juanjocesc @juanjocesc
ESTAR Acabó el último fin de semana antes de las Navidades, aunque María Carey lleva sonando desde hace ya un tiempo, si es que alguna vez ha dejado de sonar y también las zambombás en Jerez (perdón se dice y también se escribe supongo zambomba, que nadie se enfade). Pues eso, pre-navidad y tú harto o harta ya de celebraciones, festividades, de luces, de comidas de empresa y de amigos, de conocidos, de comprar, de ir parriba y pabajo, de pasar frío, de poner buena cara, de quedadas, y de todo lo que conllevan estas fechas, que, al igual que otras, vienen, y se irán para dejar paso una nueva, Carnavales, Semana Santa, Feria, Verano y así toda la vida. Festejando. Coño, ¿qué alegría no?.
Pues resulta que no estamos alegres. Porque la infelicidad, la ansiedad, la depresión, la tristeza, la necesidad de profesionales para tratar problemas está a la orden del día. Y creo que la razón es porque no estamos. Hacemos, vivimos, frenéticamente, pero no estamos.
Estar es ser consciente del momento, de la realidad, y ser consecuentes de los problemas que a veces tiene la vida, de darles importancia para tratarlos, no protagonismo, ver sin ocultar el espacio que ocupan para poder mirarlos de frente,
a la cara y gestionarlos, hablar de ello con la gente cercana, pedir ayuda cuando estamos mal. Ojo, una cosa es hacer eso y otra es contaminar al que tenemos al lado con veneno hacia todo lo que nos ocupa y rodea o sin más, a criticar a los demás, Estamos acostumbrados al desahogo personal más individual que nunca, yo, yo, mi problema, lo mío, lo que me pasa, lo que hago, la suerte (o mala suerte) que tengo, yo, mis estudios, mi mierda de trabajo, mi poco tiempo libre, mi altar. Mi ego. No podemos estar cuando en una conversación el flujo de comunicación sigue sólo una dirección. Estar significa retroalimentar, se puede sólo estar escuchando, sí, pero el que habla debe mirar a los ojos, y no soltar por soltar. No escupas, te lo agradecerán. Quien está debe entender que la otra persona es y está también, que necesita ser escuchada, sus tiempos, ¡los tiempos!, qué importantes son, la conversación unilateral hasta sería posible siempre que la persona que está en frente te esté abriendo los brazos para ello para la transmisión mutua de calor, porque no eres lo más importante del mundo y todos tenemos problemas. Sin excepción.
La vida eh, que parecía de color de rosa. Pero no lo es, y para eso están las Navidades, para recordárnoslo y todas esas cenas y quedadas
y compromisos, ni hablar tienen aquí las bodas, que ya nos da coraje y hasta odiamos que nos inviten. ¡Pero si es para celebrar! “A otra boda me han invitado, qué pereza y qué pocas ganas tengo de ir”. Pues no vayas chico!!! Deja, permite celebrar cuando se está de verdad, porque cuando se hacen las cosas por hacer, mejor quedarse en casa. No vayas, que nadie te obliga. Como puedes hacerlo aún si quieres en lo que queda de Navidad, o el año que entra, no te obligues a hacer cosas que no quieras, pero estate también seguro, segura de que ahí fuera hay gente que te aprecia y te quiere y que verlos, quedar, tomarte algo, hablar con ellos, con ellas y escucharles cuando quieras y cuando quieran, no porque el contexto te obligue, será maravilloso. Ya somos mayorcitos, estar por estar como que no. Creo que ya es hora de darse cuenta por fin que no es necesario ni contentar a todos, ni volverse locos haciendo planes porque sí, queremos hacerlo todo porque hoy en día lo tenemos más fácil que nunca y además vemos a nuestros semejantes en las redes sociales mostrando una cosa que todos sabemos no es tal y como la enseñan. Pues nosotros después de todo hala, alegría, pensamos que sí y queremos imitarla, queremos ese viaje, ya, ese móvil, ya, ir a esa fiesta, ya, en cuanto pueda, ver las luces de aquella ciudad, a la que todo el mundo va, ver el árbol, el mercado navideño de no sé dónde, venga ya, teskiya. Sin desmerecer, pero que sea lo que sea de verdad te alimente el alma, ir o hacer conscientemente, que te llene, te nutra, que te guste al menos a ti y no sea porque guste a otros!
Un libro, un almuerzo, un café, hacerte una tortilla de papas para tí, poner una lavadora, escribir, en tu hogar o en una cafetería, tranquilamente, mientras de lejos escuchas ese bullicio de gente borracha que se lo está pasando bien,
o no,porque también hay gente que no, porque todos tenemos problemas, vuelvo a reiterar, quién no ha salido alguna vez por casi obligación o presión social, porque había que hacerlo, tocaba, porque no habíamos aprendido a decir que no, "killo, no me apetece salir hoy”, pero te quiero igual. ¡Voilá! La próxima vez te llamo yo. Pero hazlo, porque eso cuando llaman, que ya muchos amigos que eran amigos ni llaman, porque todo el mundo tiene sus vidas ultraocupadas en las que sencillamente, no están, en los tanatorios nos pondrán al día eso sí, no nos preocupemos. Que allí estarán fijo. No vaya a ser que.
Así que feliz semana y suerte a todas y a todos los que tenéis ningunas ganas de Navidad, yo ganas de estar
tengo, no de hacer cosas porque sí, espero que cuando veas a otros estos días, tengas las mismas ganas verdaderas de ellos, porque si no es así, muchos ya lo demuestran a estas alturas con su indiferencia, no merece la pena. Cuando estemos, que sea de forma consciente y con ganas, impliquémonos en lo que tenemos delante, en la conversación del otro y no pensemos en las cosas que tenemos que hacer, en los sitios dónde tenemos que ir o todo lo que nos ocupará el tiempo en estas fiestas. Si te estás tomando un cafelito con una amiga que hace tiempo que no ves, o con quién te ves a menudo, da igual, lo importante es que apetezca, a ambos o al grupo, de verdad, apreciarlo, dejar el móvil en el bolsillo y mirarse a los ojos, esa sensación, que otra persona nos hable y nos escuche a su vez, que otra persona no vaya y venga, que esté. No hay nada igual. Fácil no es y soy el primero que debe mirar dentro, los años y la gente de bien enseñan. Que no haya que pedirlo por favor, lo siento, que no haya que hacer esfuerzos, que se sienta y se quiera, tranquilamente, y de verdad, es lo único que espero poder ofrecer y pido y deseo para el resto. Estar.

Feliz Navidad.



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