Parece que la respuesta a esta pregunta está clara… Estar a dieta sí influye en nuestro estado de ánimo, pero por qué y qué debemos hacer para que esto no suceda?
Partimos de la base de que comer cosas que nos gustan estimula la liberación de endorfinas mejorando nuestro humor de ahí que elijamos comer alimentos que nos gustan frente a los que no nos gustan, pero esto no es suficiente.
Además de alimentos que nos gusten nos hace sentir bien es comer alimentos apropiados, en el momento apropiado con buena compañía y sin preocupaciones ni miedos ya que en nuestro estado de ánimo también influyen nuestras expectativas con respecto a ese alimento… ¿nunca habéis tomado un café descafeinado sin saber que lo es, y os ha hecho el mismo efecto que si tuviese cafeína?
Esto se refleja también con el efecto contrario, es decir, la culpabilidad que sentimos cuando comemos alimentos que no deberíamos comer, o cuando nos saltamos la dieta.
Además los expertos en nutrición señalan que una dieta rica en alimentos frescos como frutas, verduras y pescado se asocia menos a desequilibrios emocionales que aquellas basadasen azúcares y grasas.
Por ello cuando cuando nos ponemos a dieta ésta no nos debe suponer nungún desequilibrio nutricional evitando ayunos prolongados, dietas con efecto rebote y la famosa dieta Dukan.
Así, para que nuestra dieta no nos afecte a nivel anímico debemos optar por ir poco a poco y seguir ciertas indicaciones como perder entre medio y un kilo a la semana entre 6 y 12 meses, disminuir el tamaño de las raciones o disminuir la densidad energética de los alimentos tomando por ejemplo leche desnatada en vez de leche entera.
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