Este Málaga reparte felicidad

Este Málaga reparte felicidad. Menos al contrario. Un nuevo recital para acallar las bocas de los que siguen sin tener en cuenta al equipo que mejor fútbol hace hoy por hoy en España, y a las pruebas me remito. ¿Han visto jugar a algún equipo español mejor que el Málaga que goleó al Zenit? ¿O acaso hay alguno que supere al once que vapuleó ayer al Betis?... Ahora les voy a contar una historia que es verdad. No voy a entrar en detalles, y cambiaré el nombre y un dato, pero ante quien lo quiera y como quiera doy fe de este escrito: 18.30 horas, 29 de septiembre. Cuarta planta de Carlos Haya, sección de neurología. Habitaciones especiales para personas que han sufrido un ictus cerebral en las últimas horas. Un enfermo, llamado José, en la cama B de la 494, está acostado y monotorizado. Se incorpora levemente al oír el comentario de uno de los familiares que están con la enferma que hay tras la cortina... -¿Qué dicen del Málaga? -Pues que Saviola acaba de marcar el segundo gol. -¿Va dos a cero?, pregunta de nuevo. -Sí. Y apenas si llevamos media hora, le dicen muy bajito... Su rictus de felicidad fue su más contundente respuesta. «Ahora estoy mejor», añadió. La noticia fue la medicina más adecuada de cuantas podía recibir ... Porque este Málaga hace a mucha gente feliz, y cantidad de esa gente lo necesita a manos llenas. Es el milagro que consigue lo más importante de lo menos importante. Es la magia del fútbol y de un equipo que encandila a todos, que enamora a media Europa aunque se vea perseguido por Hacienda, ninguneado por los medios nacionales e incluso medio olvidado por sus propietarios (a quienes respeto, admiro y agradezco lo que han hecho, porque esto es posible solo por ellos, pero a los que les pido que ahora no, que no nos despierten de este feliz sueño...). Este Málaga que da la felicidadad a la gente, que trae buenas nuevas a una sociedad necesitada de ellas, este Málaga está convirtiendo en realidad una utopía, y eso, como escribió Herman Hesse, es tan difícil y tan caro que casi nadie lo consigue. El Málaga hizo del Betis un rival muy menor y solo un milagro evitó una goleada de escándalo. Jugó como los ángeles. Pero aquí el fútbol, de verdad, es lo de menos. Es que 'esto' está repartiendo felicidad cuando más se necesita... y que llega mucho más allá de Martiricos.