La innovación es clave para las marcas a la hora de trabajar su branding y, específicamente, el diseño de los packaging es un espacio que cada vez están aprovechando más. Por ejemplo, hacer que un producto forme parte de su propio envase puede ser una muy buena idea pero, al mismo tiempo, una tarea complicada de llevar a cabo. Sin embargo, con algo de creatividad, es un reto que puede convertirse en todo un acierto para destacar.
Angelina Pischikova es una diseñadora que aceptó el reto y se encargó de crear este packaging para las bombillas de luz de la compañía eléctrica bielorrusa Crazy Service. Se trata de una serie de cajas en la que cada una lleva ilustrado un insecto diferente de acuerdo a la lámpara que contiene. Y lo más interesante es el hueco que lleva en medio, que no solo permite a la gente ver la bombilla, sino que convierte a esta en el cuerpo del insecto.
La idea fue tomada de la inspiración que Thomas Edison vio en las luciérnagas, para luego desarrollar su primer modelo de bombilla parecido al que hoy en día todos utilizamos. Así, utilizando solo tres colores y una ilustración por envase, Pischikova consiguió plasmar esta teoría en un bonito packaging.
El resultado es realmente genial y llamativo. Sin duda, un producto pensado para llamar la atención dentro del lineal del supermercado. ¿A ti qué te parece?