Revista Cultura y Ocio

Este verano: ¡Date una vuelta por el Madrid medieval!

Publicado el 12 agosto 2010 por Laurytyta

A petición de una de mis seguidoras he estado investigando sobre el Madrid medieval. El problema es que son poquísimos los lugares que quedan en pie, por no decir prácticamente ninguno, sobre todo si nos referimos a los siglos X y XI.
El que más me ha llamado la atención es la céntrica Plaza de la Paja.
¡Oh Mayrit!Allí me dirigí y ¡Oh, Mayrit! entré de lleno en el zoco que la ocupaba. Me encontraba con pantalón bombacho y graciosas babuchas (seguramente made in Al-Laqant) en pleno siglo X.
Asombrada, recorrí cada puesto: olí perfumes almizclados, compré albahaca para mis ensaladas con la única moneda que tenía entre mis dedos, manoseé preciosas telas, admiré varias alfombras y pregunté al alfarero cómo conseguía la suficiente paciencia para crear esas cerámicas.
Cuando estaba mirando algunas piedras para imaginar collares se me acercó un chico:
-Mi favorita es esa- dijo señalando una azul -tiene el color de una noche con luna. Sus vetas blancas parecen estrellas y mira, incluso tiene algunas chispitas doradas como el sol.
Me dejó un poco desencajada y solo atiné a decirle "¿Como?".
-Perdona, mi nombre es Abu, soy matemático y astrólogo. Este es mi puesto favorito.
Aún asombrada caí en la cuenta de que quizá estaba hablando con el primer madrileño conocido.
-Encantada, soy Lau..., digo... Casilda. ¿Cómo has dicho que te llamas? Algún día me gustaría leer tus estudios, soy una admiradora del cielo- le dije sonriendo.
- Vaya, que sorpresa... ¿no serás una de las copistas del califa, verdad?-preguntó entrecerrando los ojos.
- No, no, es solo curiosidad, siempre me han gustado los números pero sobre todo mirar a las estrellas.
-
Me llamo Âbû-l-Qâsim Maslama. Lo dicho, debes llevarte ese cachito de cielo.
-Me gustaría, pero no tengo fulus, solo estaba mirándolas.
Antes de que acabase la frase ya estaba regateando con el tendero que además al parecer era amigo. Finalmente me regaló el lapislázuli.
- Eres muy amable pero no puedo aceptarlo, no puedo darte nada a cambio.
- Si que puedes, el tesoro más preciado, dame solo un poco de tu tiempo.
No pude negarme, estaba hablando con prácticamente el mejor matemático y astrónomo de Al-Andalus aunque el aún no lo sabía. Tenía la oportunidad de preguntarle por sus logros actuales y sus próximos proyectos y eso es justamente lo que hice.
- ¿Sabes que las próximas noches el cielo llorará? Está triste porque sabe que la estación calurosa acabará pronto. - le dije intentando impresionarle.
- Siiiiiii, es cierto, son las estrellas que caen en la zona que se corresponde con la constelación de Perseo, también se pueden ver cerca de Casiopea. Bonita forma de expresarlo.
Tuve que contener mi lengua para no decirle que en realidad eran restos de un cometa, me hubiera tomado por loca.
Me contó que estaba estudiando los escritos de Ptolomeo y de Al-Jwarizmí, deseaba perfeccionar el mapa del cielo y centrar las observaciones en el meridiano de Córdoba. Además quería marcharse allí para tener los mejores maestros y poder consultar la gran biblioteca que había creado
Al-Hakam II. Su mayor ambición era la de fundar su propia escuela.
Fue una conversación interesante, sobre todo sabiendo que cada uno de sueños se hizo realidad.
Cuando salí de la plaza volví al siglo XXI, mi ropa volvio a cambiar, pero... tenía un cachito de cielo colgando del cuello.

Esme, gracias por tu petición que me ha llevado a descubrir este personaje tan interesante. Por cierto, ¿sabías que el apellido de tu abuela y mi abuelo viene del árabe y significa cantar?


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