Muy querido visitante, en los últimos años he estado alejada de Nutricampeones porque me he dedicado a mi familia, específicamente a mis hijos Abi y Santi de 4 y 2 años respectivamente; aunque ha sido siempre mi elección, debo decir que es un dolorcito en mi corazón.
Honestamente no pensaba que ser mamá era un trabajo tan demandante, es verdad, es la alegría más grande, representa un reto sin precedentes y me regresa siempre lo mejor de mí. Ha habido temporadas de balance y otras de caos, como cuando nació Santi y sentía que no era capaz de cuidar a dos “bebés”, me sentía superada. Hoy sé que esa percepción viene de una resistencia al cambio, a todo lo nuevo que se genera cuando llega un integrante nuevo a la familia.
Ser mamá me ha situado en un lugar de paz ante la incertidumbre, porque aun planeando los días y dando lo mejor de mí, no obtengo siempre el resultado deseado (el niño no come, la niña se enoja y hace berrinches, se levantan varias veces de noche, etc, etc…), mi nueva vida de mamá me regala a diario el “don de fluir” para ser feliz en lo imperfecto.
Debo reconocer que me topé con pared en estos años, que mi ego se ha visto pateado por decirlo de alguna manera, yo, que recibía premios por difundir “hábitos saludables”, que era escuchada, que mi decir era seguido y valorado estaba ahora en casa con dos niñitos que no siempre me escuchan, que no siempre quieren comer lo que su mamá prepara, que pelean comer dulces antes de comer, que son picky.
Mis hijos me han situado en un lugar de paz y humildad, de amar todo lo que es, de disfrutar y aprender, de encontrar disfrute en los retos cotidianos.
Todas las mamás hacemos lo mejor que podemos en cada etapa, casi todas vivimos con cierto grado de culpabilidad porque sentimos que pudimos haberlo hecho mejor, la regamos y corregimos muy seguido porque amamos a nuestras familias y queremos su bien.
Honestamente me he preguntado si es importante aun lo que puedo decir, si es de utilidad para alguien. He visitado en estos años un montón de blogs y sitios de crianza encontrando empatía y calidez. A veces nos sentimos tan solas, cuando estamos pasando por situaciones muy similares con personas cercanas física o emocionalmente (la vecina, una amiga, tu hermana). Esta es una de las razones que me mueven para volver a escribir, quiero compartir lo que ha sido para mí ser mamá, quiero que mis letras acompañen a quien se sienta identificado, quiero hacer comunidad y sumar.
Pretendo compa
rtir y profundizar sobre hábitos para vivir la alegría del bienestar, porque en estos años he experimentado todo lo bueno que pueden hacer por mi, me salvan y reaniman cuando parece que no queda ánimo o fuerza. Hablaremos de hábitos enfocados a niños y a nosotros los adultos porque en este proceso de crianza nos solemos tener muy olvidados, la buena noticia es que siempre podemos estar mejor haciendo sutiles ajustes en nuestras rutinas.Gracias por leer y estar.
Que tengas un mes extraordinario.
Estela Vázquez
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