Estoy solo de paso

Siempre me digo lo mismo. Estoy sólo de paso. En todas partes, con todas las personas. Es como si en algún lugar de mi mente tuviera la firme intención de largarme de esta vida. Estoy en este trabajo mientras encuentro algo mejor, tengo esta casa en lo que junto para una más grande, ando en transporte público en lo que me compro un nuevo coche, vivo en esta ciudad en lo que me animo a salir de ella. Sigo sin tener hijos en lo que logro estabilizar un poco mi vida, no veo a mis amigos y a mi famlia porque no me gusta que me vean deprimido. Escribo este blog en lo que me atrevo a lanzarme como escritor profesional...
Y así voy por la vida, buscando siempre pretextos para no hacer bien las cosas, para consolarme diciéndome a mí mismo que merezco algo mejor, que ya llegará el momento en que las cosas mejoren, en que la vida me haga justicia únicamente gracias a la linda cara me dio la naturaleza, al gran esfuerzo que me merece seguir sólo medio vivo... Ya sabes respirando, caminando, hablando de vez en cuando, intentando mantenerme en el trabajo sin que la gente note demasiado que lo que menos me interesa es la chamba.
Pero estoy ahí mientras alcanzo algo mejor, en lo que me decido a dejarlo y aventurarme para lo que verdaderamente nací (ja). Y en el camino me llevo entre las patas a mis compañeros de trabajo, a mi propia carrera y a mi esposa que tiene que seguir aguantando estos altibajos que parecen ser incontrolables e inagotables.
Hay en esta actitud algo que me saca de quicio.  A pesar de ser consciente de que es nocivo, sigo en el papel de víctima de las circunstancias. Por momentos (algunos días incluso semanas) he podido desahacerme de este papel, de esta carga idiota que me impide dos cosas: disfrutar de lo que tengo o deshacerme de lo que no me gusta para buscar lo que supuestamente me haría feliz. Por donde lo vea es totalmente idiota la situación. Y yo, siendo el rey de los idiotas, me mantengo en la peor de las situaciones: odiando mi vida porque no tengo lo que merezco y frustrado por no atreverme a renunciar (otra vez) a todo lo que he podido hacer en lo que tengo algo mejor...