El estragón (artemisia dracunculus) posee unas hojas de grandes dimensiones y de un intenso color verde.Sus flores se reúnen en capítulos de forma esférica y coloración amarilla; se distribuyen a lo largo de todo el tallo, siendo más alta su concentración en el extremo superior del tallo.
En tiempos antiguos constituía un remedio muy apreciado contra uno de los peores males de la época: la peste.
Hoy día, gracias a la investigación, se ha conseguido la erradicación de esta enfermedad, por lo que su empleo ya no es necesario.
La esencia presenta más del 60% de un aceite esencial llamado estragol y también tiene en su composición sustancias terpénicas como ocimeno y felandreno, empleándose habitualmente como aperitivo en inapetencias y como antihelmíntico para erradicar parásitos intestinales.
También se utiliza en gastritis hiposecretoras, digestiones lentas y meteorismos gracias a su acción eupéptica, carminativa y espasmolítica.
Es un buen emenagogo, capaz de producir y regular la menstruación, por lo que se emplea en dismenorreas y amenorreas.
También se aplica en casos de reumatismo.
Esta planta contiene una esencia que debe tomarse solo en las dosis indicadas por el facultativo, ya que un exceso podría producir excitación del sistema nervioso central e irritaciones gastrointestinales, junto con la facilidad que tiene de producir fenómenos alérgicos en personas sensibles a esta planta.
Como consumirla
Infusión. Cinco gramos de la hoja previamente desecada y troceada, que se añaden a 250 mililitros de agua previamente hervida, dejándolo en contacto durante diez minutos; de esta preparación se puede tomar un total de tres tazas al día, media hora antes de cada comida, para conseguir así un efecto estimulante del apetito.
Cataplasma. Se prepara una mezcla de hojas y sumidades floridas frescas, bien trituradas, que se recubre con una gasa y se aplica sobre la zona dolorida para que actúe como antiséptico, sobre todo en infecciones dentarias.