Según Matthew Hanley, doctor en Salud Pública por la Emory University de Atlanta y experto en Bioética, con experiencia directa de campo en diversos países africanos, hacer caso a la estrategia de la Iglesia habría evitado seis millones de contagios de sida. El debate sobre las distintas formas de lucha contra esta pandemia va más allá de lo confesional, e incluso revistas médicas como la prestigiosa The Lancet han recogido la eficacia de la estrategia ABC: "Abstinence", abstinencia, para los jóvenes; "Be faithful", fidelidad, para los adultos; "Condom", preservativo, en caso de incumplimiento de los anteriores.
Claro que la Iglesia no hace suya esta estrategia, precisamente por el tercer punto porque se opone al preservativo, por motivos morales, no sanitarios. Hanley, en un informe recientemente publicado, cuantifica el número de contagios que podrían haberse evitado en África si se hubiesen aplicado políticas públicas de promoción de la abstinencia en los jóvenes y de fidelidad en los adultos, en vez de limitarse a políticas de distribución masiva de condones.
Desde que se identificó la enfermedad a mediados de los ochenta, se calcula que han muerto 25 millones de personas en todo el mundo a consecuencia de ella, y que hay ahora 65 millones de portadores del virus. "Se está ocultando un dato: las políticas de difusión del preservativo no han conseguido invertir el signo de las epidemias africanas más severas; sin embargo, la modificación de las conductas, sí. Los responsables de salud pública deberían reconocer este hecho, pero la mayoría de ellos rechazan insistir en aproximaciones basadas en el comportamiento, en beneficio de soluciones técnicas como el condón".
Precisamente, con abstinencia y fidelidad, Uganda consiguió reducir el número de personas infectadas entre 1991 y 2001. Lástima que presiones de organismos inversores insistieron en que se aplicasen las ayudas a la difusión de preservativos. El resultado no se hizo esperar: el número de infectados volvió a crecer. Muchas veces, la Iglesia se ha quedado sola en esta lucha eficaz contra el sida, si bien se atisban ciertos movimientos de convergencia, ya que cada vez son más los funcionarios de las instituciones internacionales que abren los ojos a las evidencias científicas y al sentido común. Puedes leer la noticia completa en sinsida, que es la web del Comité Independiente AntiSida.