Muchas veces pensamos que no comemos demasiado y que engordamos sin razón, pero hay muchos detalles que no solemos tener en cuenta y que a la hora de comer se nota. Siguiendo algunas pautas y convirtiéndolas en rutina nos daremos cuenta de pequeños detalles que ayudan a perder o mantener el peso.
- Utilizar platos pequeños. Es increible lo que puede hacer la vista. La diferencia entre servir un plato grande y un plato pequeño está en lo que se ve. Los dos platos llenos se ven así: llenos. Entonces, menos calorías ingerirás en el plato pequeño que en el grande.
- Procurar servirse una sola vez. Es mejor echarte en el plato la cantidad que te vas a comer, que ponerte un poco y luego volver a repetir porque así no controlas la cantidad que vas comiendo.
- Sacar a la mesa los platos ya servidos. No es conveniente sacar la fuente para servirse en la mesa porque la mayoría de veces se suele repetir. Y si se saca la fuente a la mesa, lo mejor es retirarla cuando se hayan servido todos.
- Si se come solo, es mejor hacerlo de forma ordenada en la mesa habitual y no en un sillón y con una bandeja.
- Otra forma de no saber lo que estás comiendo es comer en un plato común, es difícil calcular la cantidad que has comido.
- Una cosa muy importante es llevar a la boca trozos pequeños de comida, dejar el cubierto en la mesa entre bocado y bocado y no volver a llenarlo de comida hasta que se ha tragado el bocado anterior; así se comerá más lentamente y aparecerá antes la sensación de estómago lleno.
- Masticar despacio paladeando cada bocado y disfrutando de cada comida. Si comes muy rápido entra más comida al estómago en el mismo tiempo.
- Procura evitar las largas sobremesas con dulces, bombones, frutos secos etc. Comes sin pensar, aunque hayas quedado saciado con la comida.
- Y por último, y no menos importante, respetar los horarios de comida, además de no saltarse ninguna.
Ana Hidalgo